AMENAS, Argelia, (AFP).-  Las fuerzas de seguridad argelinas encontraron este domingo los cuerpos de otros 25 rehenes extranjeros al rastrillar la planta de gas de In Amenas, en el sudeste de Argelia, y cinco de los atacantes fueron detenidos mientras que París calificó la toma de rehenes como un «acto de guerra». El primer ministro, Abdelmalek Sellal, debía anunciar el lunes a las 13H30 GMT en una conferencia de prensa un balance oficial de este ataque, según el ministerio de Comunicación.

 Ningún balance fue comunicado desde el anuncio por el canal privado de televisión argelino Ennahar del hallazgo por las fuerzas argelinas de 25 cuerpos de rehenes en el complejo situado cerca de In Amenas, a 1.300 km al sureste de Argel. El periódico El Watan, citando el domingo a fuentes de seguridad, se refirió al hallazgo de unos «treinta cuerpos de rehenes extranjeros, argelinos y de soldados del ejército argelino».

El sábado por la noche, el ministerio de Interior dio cuenta de 23 extranjeros y argelinos muertos, así como 32 atacantes que cayeron durante la operación del ejército. Las fuerzas argelinas pudieron liberar a «685 empleados argelinos y 107 extranjeros».

La cantidad de víctimas puede aumentar, afirmó el domingo el ministro de Comunicación, Mohamed Said, precisando que «las fuerzas especiales continúan restableciendo la seguridad en la planta de gas de Tiguentourine a la búsqueda de eventuales víctimas». «Cinco terroristas fueron detenidos esta mañana» en la planta de gas, pero «otros tres huyeron», declaró a la AFP el director de Ennahar, Anis Rahmani, que generalmente tiene informaciones confiables sobre los temas de terrorismo.

El ataque fue perpetrado por 40 combatientes de países musulmanes e «incluso» europeos, afirmó Mojtar Belmojtar, jefe del grupo «Los que firman con sangre» que planificó la operación, según un video difundido el domingo por la página internet mauritana Sahara Media. La espectacular toma de rehenes es, para el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, «un acto de guerra», debido a la cantidad de personas secuestradas.

 «Lo que más nos sorprende, se dice ‘toma de rehenes’, pero cuando hay tanta gente involucrada, pienso que es un acto de guerra», declaró al canal de televisión francés France 5.

 Entre los extranjeros que fueron confirmados como víctimas fatales desde el miércoles figuran un francés, un estadounidense, dos rumanos, tres británicos y una persona residente en Gran Bretaña. Otros tres ciudadanos británicos están probablemente muertos, anunció el domingo por la mañana el primer ministro David Cameron.

Un empleado colombiano de BP también podría incluirse en la lista de rehenes muertos, indicó el presidente colombiano Juan Manuel Santos. El grupo noruego Statoil, que opera la planta junto al británico BP y al argelino Sonatrach, informó por su parte que llevaban a cabo intensas búsquedas para dar con cinco empleados noruegos que continúan desaparecidos.

Malasia tampoco tiene noticias sobre dos de sus ciudadanos. «Doce de los cadáveres trasladados a la morgue son de japoneses», declaró a la AFP una fuente del hospital de In Amenas. JGC había indicado que diez japoneses seguían desaparecidos este domingo por la mañana.

Tokio no quiso comentar las informaciones de testigos. Washington advirtió a sus ciudadanos sobre «las fuertes amenazas de terrorismo y de secuestros» en Argelia y autorizó a las familias de sus diplomáticos a dejar el país. Los sobrevivientes relataron la violencia de esta toma de rehenes.

Según Riad, un rehén argelino empleado por el japonés JGC, no hay duda: los atacantes «tenían cómplices en el interior ya que conocían las habitaciones de los expatriados y todos los detalles sobre el funcionamiento de la base». «Estaban bien informados», confirmó Abdelkader, un empleado de BP.

 En el sector de viviendas «se dirigieron hacia las habitaciones de los japoneses, un terrorista gritó ‘open the door’ (abra la puerta) con un acento estadounidense, y luego disparó», contó a la AFP Riad.

«Estaban informados de todos nuestros procedimientos», añadió. Algunos empleados filmaron y sacaron fotos del ataque. Las imágenes de los cuerpos de cinco japoneses que registró uno de los rehenes y que la AFP pudo ver son violentas: balas en la cabeza, cráneos casi destrozados por los impactos.

 En la planta, que el jefe de los secuestradores había amenazado con «hacer estallar» el jueves según una grabación difundida por ANI (sitio internet mauritano usado frecuentemente como canal de comunicación por grupos islamistas.), continuaban las operaciones de desminado.

La planta volverá a operar en dos días, anunció el ministro de Energía, Yucef Yusfi, que dijo además que la toma de rehenes no provocó una reducción de las exportaciones de gas.