Hoy 
Ninguna autoridad ha solicitado nunca a la Asociación de Empresas Inmobiliarias (AEI) información sobre nuevos inversionistas en el sector inmobiliario, como forma de evitar que se presenten casos de lavado de activos en este mercado.
El presidente de la AEI, Pedro Dipp Caamaño, expresó que hay que ponerle muchos más atención a esas inversiones que llegan al país. Dijo que se pueden observar construcciones que son realizadas por compañías tradicionales, pero de repente se inmunda el mercado con inversionistas que comienzan a ejercer el oficio sin ningún tipo de requerimiento. Ellos con traer dinero y comenzar a construir ya tienen y les abren las puertas (las autoridades) quizás más que a los constructores tradicionales, se quejó Dipp.
Afirmó que eso trae un daño para el país, y señaló que ninguna de esas empresas extranjeras están registradas en asociaciones como son la AEI o la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi)
Destacó que antes de que las autoridades den facilidades a empresas extranjeras debería exigírseles pertenecer a una asociación empresarial que depura su membresía y donde se investiga la trayectoria de los miembros.
Lo peor de todo es que la naranja podrida contagia a las otras o intenta contagiarla, dijo refiriéndose a las empresas de capital dudoso que se instalan en el país.
En marzo de este año se destapó el caso de la Torre Atiemar, construida por el español Arturo del Tiempo Marques, quien fue apresado en España con droga procedente del país.
Más controles
Dipp Caamaño mencionó que ahora para comprar un apartamento en una torre están pidiendo hasta el acta nacimiento de los abuelos o del ingeniero.
Los bancos han cambiando totalmente, antes de interesarse en la propiedad, el departamento de seguridad del banco está haciendo profundas investigaciones de todo y están viendo el historial de ese inmueble desde su primer adquiriente, dijo. Agregó que este fortalecimiento de controles está entorpeciendo los negocios en un momento donde las ventas están bajas.
