En el manejo de muchos negocios en el país se ha producido una pérdida de valores, por lo que se hace necesario que en la escuela, y sobre todo en la familia, las presentes y futuras generaciones hagan conciencia de que las cosas cuesta conseguirlas y de que la riqueza debe obtenerse de manera legítima.

Así lo afirmaron los participantes al Encuentro Económico del HOY, Comes Peña, Carolina Almonte, Sarah Reynoso, Mayerling Vásquez y Arny Jiménez, quienes participarán en Exponec, la Feria Nacional de Cristianos con Negocios, y que coincidieron en señalar que hay una pérdida en los valores fundamentales, como la confianza, honestidad e integridad.

Arny Jiménez  resaltó que se observa en la sociedad un afán por lucrarse, de tener posición y el dinero rápidamente.

De su lado, Mayerling Vásquez consideró que ha habido una falta de dureza de los padres y falta de autoridad. “Ahora se ve cómo los niños le cojen las cosas a los padres, los desautorizan, y los valores empiezan en la casa, cuando se enseña al hijo quién es Dios, la obediencia, la honestidad, entre otras cosas.

Mientras, Sarah Reynoso afirmó que esta pérdida de valores ocurre en toda la sociedad, principalmente debido a los cambios en la formación de las generaciones, pues anteriormente se formaba a los niños con rigidez, disciplina e inculcando el valor al trabajo, pero ahora es muy diferente.

 “Esos niños que fueron criados con padres severos y disciplinarios, han educado de una forma diferente a sus hijos, y lejos de beneficiarlo le hicieron un mal. Ahora le dan todo a sus hijos sin que estos aprecien realmente el valor de lo que le están dando, porque no conocen el trabajo,  la disciplina ni lo que es  ganarse algo”, expresó Reynoso.

Agregó que las nuevas generaciones han crecido pensando en que todo hay que dárselo en la mano, prefieren la vida fácil,  no conocen el valor del trabajo y deciden obtener las cosas de manera deshonesta.

 “No se les fue enseñando que si se quiere algo hay que trabajar. No es poner a pasar trabajo a un niño, sino que este entienda que hay que hacer un esfuerzo para ganarse las cosas, que hay que sembrar para cosechar”, manifestó.

Reynoso también planteó  que el temor de Dios es una base importante, pues las personas que no tienen ese respeto a  Dios, tampoco sienten respeto por las personas que trabajan o hacen negocios.

Resaltó que la corrupción no solo está en el Gobierno, sino que la corrupción es algo que está en el corazón de las personas. Cuando una persona tiene un corazón corrupto y lo lleva a su negocio, este es corrupto también.

Por otro lado, Mayerling Vásquez destacó que los negocios cuyos  propietarios son cristianos se diferencian de otros no cristianos en la honestidad con el cliente y en que existe un temor al Señor.