Desde el día 7 hasta el 9 del mes que discurre, la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), celebró el XVII Encuentro de Dirigentes del Sector Agropecuario en el Hotel Paradisus Punta Cana, con la asistencia del señor Presidente de la República, licenciado Danilo Medina, y más de trescientos asambleístas que durante estos tres días analizaron y discutieron el tema central: el Agua.
Especialistas, expertos y productores del sector gubernamental y del sector privado, analizaron los problemas y las soluciones sobre el elemento agua, en lo concerniente al sector más riesgoso constituido por el sector agropecuario.
Un tema que ameritó especial atención lo constituyó el cambio climático, el cual ha incidido negativamente en la planificación del período de siembras. Anteriormente la época de lluvias eran vaticinadas con buenas posibilidades de acierto; ahora, surgen vaguadas y tormentas desordenadas que descontrolan los pronósticos.
Los expertos externaron la necesidad imperiosa de la construcción de embalses y presas para evitar que el agua corra hacia el mar sin beneficio alguno. Entonces surgió la interrogante ¿Cómo es posible que presas como Monte Grande y Guagüí todavía no hayan sido construidas? Se estima que solo Monte Grande podría irrigar más de trescientas mil tareas, una verdadera bendición para el paupérrimo Sur.
En el foro se trajo a colación la dañina práctica de “tumba y quema”, en la cual “agricultores” irresponsablemente azuzados por intereses espúreos, ya que saben que sus poderosos padrinos impedirán que les caiga el peso de la ley, acaban eliminando un ecosistema dado, que tardará, si acaso, muchos años en recuperarse.
Si en la Sierra de Neyba no se le pone coto a la acelerada deforestación, ésta se convertirá en un erial, como aconteció en Haití. Son los nacionales de ese país protegidos por políticos y militares corruptos, los responsables de los hornos carboneros, llevando el producto final, o a ese país o lo exportan a los Estados Unidos de América y a Europa, donde ese carbón es altamente demandado para las parrilladas.
Actualmente la JAD ha iniciado la reforestación de las cuencas de varios ríos en las provincias de La Vega y Puerto Plata, pero de nada servirá esta magnífica obra, si el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales permite el corte de miles de árboles que tardarán años en recuperarse. Aquí debemos exclamar ¡Qué falta hace el general Candelier! Estas siembras, sin lugar a dudas, contribuirán a enriquecer la biodiversidad de la zona reforestada.
El agua no solo es un recurso imprescindible para el ser humano o para irrigar predios agrícolas, sino que cobra importancia de primer orden en la generación de electricidad, pero para esto se necesita, evitar que las presas acumulen sedimentos que merman su vida útil
Ya varios países americanos aplican la denominada ley de “pagos por servicios ambientales” que implica la contribución equitativa a los que aguas arriba la producen manteniendo una cobertura boscosa, para que los de aguas abajo se beneficien. En tal virtud, proponemos que la reforestación se ejecute con árboles de cacao (theobroma cacao), árbol noble, que no solo impide la degradación de los suelos, sino que su venta produce pingües beneficios pecuniarios a los productores y divisas fuertes para el erario.
Si se siembra un 20% de las tierras montañosas con sus correspondientes árboles sombreadores, el cacao producirá recursos económicos suficientes para que los productores y sus familias no tengan que emigrar de su hábitat y de paso logramos que sus hijos no tengan que utilizar el motoconcho como medio de subsistencia, lo cual permitirá también, que haya un relevo generacional, en grave peligro de sucumbir.
El presidente Balaguer una vez expresó “el agua paga sus daños”, lo cual es relativamente cierto, ya que en tormentas y ciclones como George y Olga, los productores de cacao perdieron más del 60% de su producción, lo cual ha tardado más de quince años en su recuperación.
Para mantener la potabilidad del agua de nuestras presas, ríos y escorrentías, debemos ser muy cautos en las aplicaciones de herbicidas y productos agroquímicos, ya que si los mismos se introducen en estos, podría ocurrir lo acontecido en la provincia de Sánchez Ramírez algunos años atrás, cuando una avioneta de fumigación desparramó paratión en una fuente de agua y perecieron unas diez personas
Los productores debemos contribuir a la sostenibilidad ambiental, incorporándonos a los Dos Fondos de Agua; el de Santo Domingo y el del Yaque del Norte. La Ley No. 122-05, implica la colaboración del sector gubernamental con el público. Actuando mancomunadamente, evitaremos situaciones de alta peligrosidad, como la perforación excesiva de pozos en Constanza, lo cual disminuye el nivel freático y puede causar daños irreversibles si no se le pone un pare.
Somos de opinión, que este XVII Encuentro ha sido el más impactante debido al tema tratado. Sin agua no hay posibilidad de vida: ¡Tomemos medidas urgentes para conservarla!