Amigos, allegados, escritores intelectuales e invitados especiales accedieron muy animados a la invitación de Natacha Sánchez, cónsul dominicana en Amberes, Bruselas, a celebrar en su residencia del ensanche Evaristo Morales la distinción obtenida por Federico Henríquez Gratereaux como el Premio Nacional de Literatura.
El área de su jardín, compuesta de vistosos estanques, un riachuelo artificial y de variadas plantas silvestres, sirvió de un grato espacio donde los invitados se encontraban en una terraza comunicada por un puente para atravesar las aguas.
Sánchez, anfitriona, confesó sentirse honrada con la presencia de Henríquez Gratereaux al que resaltó como buen amigo de antaño y excelente escritor cuyas obras consideró magistrales.
Henríquez Gratereaux, sencillo y complacido por esta otra distinción hecha en su honor, compartió con el grupo de asistentes su pasión por la literatura y anécdotas de su vida personal.
Contemplar el espacio era todo un placer, sumando la brisa fresca que se hacía sentir a flor de piel.
Luego el momento pasó a una degustación de variados platillos, bocadillos y cocteles.