Encuentros. Hurgando en mis raíces: Vuelvo de nuevo con la filosofía china o el arte de ser

Encuentros. Hurgando en mis raíces: Vuelvo de nuevo con la filosofía china o el arte de ser

Últimamente comprendí el significado de la tranquilidad, día tras día me mantuve apartado de la multitud.

Limpié mi cabaña y la preparé para la visita de un monje, que llegó a visitarme desde las montañas lejanas.

Vino bajando desde los picos ocultos por las nubes, para verme en mi casa de techo de paja.

Sentados en el pasto compartimos la resina del pino, quemando incienso leímos los sutras del Tao.

Al terminar el día encendimos nuestra lámpara, las campanas del templo anuncian el comienzo de la noche.

Repentinamente advertí que la tranquilidad es realmente Felicidad y sentí que mi vida tiene abundante ocio. Wang Wei, poeta de la antigüedad.

A lo largo de mi infancia, mi padre tenía en su mesita de noche el libro de Ling Yutang “La importancia de vivir”. Ya lo he dicho en otras oportunidades, leer este libro me cambió la vida y me abrió nuevas perspectivas para entender la existencia humana.

Decidí seguir profundizando sobre la filosofía oriental. Entonces escuché el nombre de Lao-Tsé. Y me pregunté quién había sido este hombre que todavía, miles de años después, sigue siendo un referente sobre la filosofía taoísta. ¿Qué era el taoísmo? ¿Qué significa el tao? las inquietudes agolpaban mi mente. Aunque sobre este tema escribí hace unos meses, quise seguir hurgando, pues en su apariencia de simplicidad, la concepción oriental rompe profundamente con nuestras mentes acostumbradas al pragmatismo existencial.

A partir de todas mis lecturas de mis búsquedas por entender la cultura de mis ancestros, y después de leer y releer, entendí que necesitaba cambiar mis paradigmas, mi racionalidad positivista.

Me sorprendía la eterna paradoja del pensamiento taoísta. ¿Cómo entender a Lao-Tsé, también llamado Lao Tzu, Lao Zi? ¿Quién era este pensador y filósofo de quien se dice que vivió en el siglo IV a.C., pero que muchos dudan de su existencia? ¿Existió Lao-Tse? No puedo afirmarlo ni negarlo. No tengo bases para opinar. Ahora bien, de lo que sí estoy segura es quien fuese que haya escrito estas ideas era un verdadero genio, filósofo y maestro.

Lao-Tsé, o quien haya sido este singular personaje, fue sin duda alguna uno de los filósofos más relevantes e importantes de la cultura china. Sus ideas han trascendido a pesar de que han transcurrido muchos, muchos siglos de sus enseñanzas.

Los estudiosos de la historia del pensamiento y filosofía oriental sostienen que Lao-Tsé vivió durante el período de las Cien Escuelas del Pensamiento y de los Reinos Combatientes. Aseguran que fue el autor del Tao Te Ching, la obra esencial del taoísmo. En este singular libro se habla del Dao o Tao, conocido también como “El Camino”. Sobre el tao hemos hablado en diversas oportunidades.

El Tao Te Ching fue escrito hace más de 2000 años. Vladimir Antonov, en una edición moderna del libro y publicado en el 2009 en Cánada, afirma que el autor del famoso libro se inspiró en las enseñanzas de su propio maestro, Huang Di. Afirma el editor de la obra que el Tao Te Ching es el manual más importante de la metodología que permite el desarrollo espiritual (puede ser localizado en «stores.lulu.com/spirtualheart).

El libro contiene 81 lecciones expresadas en forma de sentencias o consejos. La primera es esencial para conocer este pensamiento. Inicia la primera hablando sobre el tao. ¿Qué es el tao? ¿Qué significa esa palabra tan singular? ¿Qué tan profundo puede ser un simple vocablo de tres letras? ¿Por qué esta expresión es la base de un pensamiento, una filosofía y una religión? ¿Cómo puede expresarse en una palabra una visión cosmológica?

El tao es un concepto abstracto, difícil de entender, y más aún, malinterpretado por la visión del mundo occidental. Lao-Tsé afirmaba en su obra cumbre que el tao era el origen de todo, la fuente de cuanto existía, tanto en el nivel físico como espiritual. Lao-Tsé lo describía como una entidad abstracta, amorfa, intangible y, sobre todo, inaudible. Es, según su creador, el camino, el origen del cosmos, la esencia de todo lo que existe.

Un elemento interesante es que Lao-Tsé, defiende la dualidad contrastante y consecuente de la vida, la relación de los opuestos, pero sobre todo, la relatividad de las cosas. Hablaba el filósofo chino sobre la dualidad ontológica de las cosas: el ser y el no ser. El primero era considerado como la existencia real y física de todo cuanto existe de manera perceptible en el universo. Y el segundo, el no-ser, es el aspecto oculto y espiritual de la existencia, que no es, como podría pensarse, la antítesis del ser. Para Lao Tsé, la dialéctica, a diferencia de Occidente, no es contradictoria, sino complementaria. Como bien afirmaba en la lección 2:

“Cuando las personas llegan a saber lo que es bello, aparece la noción de lo feo.

Cuando llegan a saber lo que es bueno, aparece la noción de lo malo.

De esta manera, existencia e inexistencia, lo difícil y lo fácil, lo largo y lo corto, lo alto y lo bajo, permiten conocer mutuamente lo uno y lo otro.

Los diferentes sonidos, uniéndose, crean la armonía…».

Interesante es constatar que el filósofo además de los aspectos espirituales se preocupaba por los asuntos terrenales que tenían que ver con el bien común. Por ejemplo, en la lección 3, Lao-Tsé se refiere a los políticos y gobernantes. Afirmaba que no era necesario “ensalzar con elogios a unos supuestos escogidos”, pues habría envidia entre la gente. “En otras palabras, si no vamos a poner la vista en los objetos de las pasiones, no habrá tentaciones”. Estaba convencido que si el gobernante era sabio, debía eliminar las pasiones para que la gente no desarrolle tentaciones y pasiones, pero especialmente preocupándose de que las personas profundamente viciosas no se atrevan a actuar. Por esta razón consideraba que para gobernar un país bien, era necesario hacerlo con amor y sin violencia (lección 10)

Para los taoístas, el agua es un elemento esencial, pues es moldeable, pero con voluntad, pues a pesar de los obstáculos llega a su destino. “La persona sabia vive como el agua. El agua sirve a todos los seres y no exige nada para sí. El agua permanece más bajo que todos. Y en esto es parecida a Tao. La vida debe seguir el principio de la naturalidad. ¡Sigue el sendero del corazón! ¡Sé afable! ¡Di solo la verdad!” (Lección 8)

Uno de los elementos básicos del taoísmo es lo que ellos llaman las Leyes de la Armonía. En la lección 9 nos dice que el exceso de todo es malo, provoca la desgracia. El tiempo se agotó, seguiremos en la próxima. Finalizo con hermosos pensamientos expuestos en la lección 12:

Quien ve solo cinco colores en el

mundo es parecido a un ciego.

Quien solo oye los sonidos del

mundo material es parecido a un sordo.

Quien, comiendo, percibe el sabor

de la comida material se engaña…

@MuKienAdriana

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