Encuentros
La enfermedad ¿Es un camino?

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¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
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El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende. En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos…. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos.

Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico. Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida.”   Jorge Carvajal http://hermandadblanca.org/2009/03/31/entrevista-a-jorge-carvajal”

Desde hace un tiempo he estado reflexionando sobre el significado de la enfermedad. La realidad de ver mucha gente cercana y amada a mi alrededor que lucha por sobrevivir a los embates de padecimientos graves;  de otras, como mis padres y varios amigos,  que han sucumbido a pesar de sus esfuerzos, su fe  y su profundo optimismo, me ha obligado a hacerme muchas preguntas. ¿Por qué enfermamos? ¿Por qué la enfermedad?

Mi propia situación personal también me ha hecho reflexionar y plantearme el tema de manera recurrente.   Desde hace varios años padezco de problemas respiratorios. Sin proponérmelo, me he convertido en una experta en las variaciones del clima, pues cualquier virus me puede afectar gravemente. Al principio me hice muchas preguntas.  Me preguntaba insistentemente ¿por qué me ha ocurrido? ¿Qué significado podía tener  en mi vida el  mensaje que me estaba dando mi cuerpo?  Busqué respuestas físicas y espirituales. Estos años de problemas de salud, me han obligado a ver la vida de forma distinta.  Aprendí que vivir es una aventura, y que la salud y la enfermedad son parte del camino. Aprendí, que somos vulnerables y que el dolor te llega sin darte cuenta. Y a veces, hay que aceptarlo con resignación; es más, pienso que debemos acercarnos a la enfermedad y hasta convertirnos en amigos. 

Sin embargo, el haberme enfrentado con esta verdad en otras dimensiones me ha llevado a buscar nuevas explicaciones.  He leído algunos libros sobre el tema.  He buscado testimonio por la magia de la cibernética.  Y en todos esos testimonios he encontrado muchas preguntas y muy pocas respuestas. “Como empezar un relato de una persona afectada de una enfermedad «invisible», pero que día a día la padece y encima tiene que estar casi pidiendo perdón por estar enferma… Qué triste es esta vida en la que solo cuenta el como te ven las personas por fuera y por más que tu digas que no estás bien, que te duele todo y cuando dices TODO. Es todo tu cuerpo, que está agotado sin apenas haber hecho nada…  ¿como estarían ellos si todos los días fueran iguales?… Aida  Sebastian (Zaragoza, España) Http://fibroamigosunidos.mejoresblog.com/FIBROMIALGIA-b1.htm

Un testimonio que me impactó fue el libro editado por el periodista holandés Edwin Winkels, titulado «Deseo vivir». En estas páginas se narran las sensaciones, sentimientos, pensamientos, temores y esperanzas de una enferma de cáncer, su esposa, que sabía que moriría. La autora, María Eugenia Carmona, de 39 años, falleció en 2002, pero quiso dejar por escrito sus vivencias. No he leído el libro, pero sí revisé varias notas de prensa que aparecieron en los periódicos digitales de España.  Me llamaron la atención algunas de las  frases destacadas: “Estoy muy agradecida a esta enfermedad por haberme hecho descubrir este mundo interior” “Desconozco cómo será esta última etapa, pero sólo estará basada en el espíritu”.   Como expresa su esposo en el prólogo, el libro es “una lección de cómo una persona moribunda puede ir perdiendo el miedo a la muerte”. http://portal.sakyatashiling.org/varios/Sinopsis_Libro_Deseo_vivir.doc

Encontré también los desgarradores sentimientos de una enferma de artritis aguda. Una mujer joven que por su enfermedad se ha deformando.  Un testimonio elocuente que nos pone a reflexionar: “Ando esperando casi siempre algo que no sé dónde se encuentra o si tan siquiera existe. En los días en que esta intensa y extraña sensación se apodera de mí suelo aislarme de la gente. Me encierro en mi misma tratando de encontrarme. ¿Quien soy yo en realidad? ¿Esa mujer valiente y contenta o este ser enfermo y triste? Soy las dos… las dos realidades que viven en mí. ¿Cómo ser tantos en un solo y complejo mundo? Ese propio mundo interior que en mí mora. ¿Qué deseo? Deseo sentirme a gusto… Deseo que esta maldita sensación pase…. Dolor, dolor, dolor… cansancio extremo, visión borrosa, aturdida perdida, ida, ida… El dolor que siento en mi cuerpo es tan inmenso que al reflejar su imagen en el espejo me encuentro con un fantasma. ¡¡Vete!! Le digo. Quiero, deseo, anhelo vivir sin ti. pero ella no me escucha. Quisiera vivir con salud, sin embargo vivo enferma.”  http://fibralau.blogspot.com/2008/11/vivir-enferma.html

No tengo ninguna respuesta ante el dolor y la enfermedad.  Al releer de nuevo los testimonios, redescubrí la máxima que aprendí y que veces, para sobrevivir, envié al cruel olvido: el ser humano es vulnerable, y está a expensas de muchas variables que no puede controlar. Recibir el dolor y  la enfermedad como parte de la vida, nos hará más fuertes y nos permitirá seguir batallando cada día. Tal vez un camino, es buscar la paz espiritual de cara a la enfermedad; quizás sea una vía para sanar y, por qué no, aceptar la enfermedad.   Creo que escribí estos artículos pensando en mi gente cercana que está sufriendo. Es quizás mi forma de decirles que su dolor es también mío. Que su sufrimiento ha calado en lo más profundo de mi corazón.

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