Encuentros
Una carta  al Niño Dios

<STRONG>Encuentros<BR></STRONG>Una carta  al Niño Dios

En mi infinita inocencia, no concebía el porqué «el niño Dios» no les traía a muchos lo que ellos pedían. A uno que vivía en un mesón del barrio, Santa Claus le trajo un muñeco de palo. A otro le trajo un «yo-yo». También yo me preguntaba porqué a mí no me trajo la pista de carritos que yo le pedí tres años seguidos.

Como traía fibra de inventor me gustaba descuartizar los juguetes, sacarles el motorcito y hacer mis propios juguetes motorizados de paletas, usando las partes de los juguetes originales. Por tal razón, mis padres me daban un trencito que hacía ruido, y a la semana se me desaparecía, para el siguiente año dármelo otra vez. Al cuarto año, yo lo escondí primero.” http://amigosguanacos.blogspot.com/2007/12/mi-lista-para-santa-claus.html

“¡Bendita carta del niño Dios! cuántas ilusiones y esperanzas que nuestros padres hicieron realidad, pero sobre todo, por la ternura y alegría con que siempre nos han tratado. Ya no le escribimos al niño Dios, pero en nuestro pensamiento siempre enviamos una listica de cosas al cielo para cada Navidad. Hoy recuerdo, y añoro esos días de mi feliz infancia, junto a los seres más entrañables que hay sobre la tierra.”    Zandra Montañez Carreño, Bogotá. ttp://www.leemeuncuento.com.ar/cartica.html

Acostumbraba de niña a  escribir mis cartas al Niño Jesús con la esperanza de recibir los regalos que ansiaba mi corazón infantil.  Me esmeraba en escribir para describir, de la mejor manera posible, todo lo que anhelaba. Era mi poesía infantil de ilusiones y aspiraciones.  Acompañaba la correspondencia de un cigarrillo, un poco de hierba, un vaso de agua, y varias mentas verdes (Ahora me pregunto ¿para qué? ¿Quién se habrá inventado todo eso? ) Algunas veces, y siempre de acuerdo a la disponibilidad financiera de mis padres, mis deseos eran completamente complacidos; otras, cuando la situación se tornaba difícil, solo era  complacida con una parte.  Era feliz de todas las maneras. Cualquier regalo era recibido con alegría.

Hoy, muchas décadas después, he querido poner de nuevo en práctica el ejercicio de hacer mi lista de peticiones al Niño Dios.  Ya no necesito la muñeca tiesa que soportaba mis juegos de madre de múltiples niños que solo tenían vida y movimiento en mi imaginación. Tampoco quiero los trajes de ensueño para vestir y desvestir a las hijas-muñecas en mis reproducciones cuasi exacta de mi ideal de familia.  Como adulta que ha vivido, que ha sufrido por muchas frustraciones y desilusiones, quiero aprovechar la ocasión de la celebración del nacimiento de Jesús para hacer mis peticiones a través de una carta. .  

Querido Niño Jesús: Aunque ya estoy muy adulta para hacer una carta de peticiones, te escribo estas notas, con la esperanza de que escuches mis lamentos y mis deseos.  Como verás no estoy pidiendo nada particular para mí, porque he de agradecer a ti, a mi familia y a la vida los muchos regalos que he recibido a través de mis cinco décadas de existencia. Pienso sinceramente que no necesito nada más. Es por esta razón, que la pequeña lista de cosas que te solicito, si las concedes, llenarán de alegría a muchos corazones. Te transcribo

1. Quisiera que la humanidad buscara sinceramente el camino de la paz.  Duele profundamente las guerras impuestas por el interés pecuniario de un grupo.  La guerra, siempre la guerra, un terrible signo en la historia, que ahora más que nunca debemos superar. Ayúdame pequeño niño a sobrevivir.

2. Te pido que con tu gracia ayudes a eliminar la violencia doméstica. Me duele ver como se maltrata estructural y culturalmente a la mujer. ¿Por qué no somos capaces de construir un mundo armónico, respetuoso de la diversidad?

3. Me gustaría que nos ayudes a rescatar el símbolo de la familia, como soporte fundamental para transitar por la vida, como instancia clave de transmisión de valores: unidad, respeto y amor por los demás.

4. Anhelo de todo corazón la aplicación de verdaderas políticas sociales para luchar por la pobreza.  Quisiera por tanto la total suspensión de los discursos demagógicos que dicen abogar, con total falta de sinceridad, por la erradicación de sus causas. ¡Cuánta mentira! ¡Cuánta falsedad!   Te pido que con infinita bondad enmudezcas a los impíos, los fariseos de la política que no terminan nunca de hablar sin fundamentos.

5. Ansío profundamente que la juventud dominicana pudiera encontrar su estrella, lejos del firmamento de las drogas y el sexo fácil. Una juventud que luche por su futuro pensando en los demás. Una juventud que no aspire al dinero fácil e ilícito.

6. Mantengo la esperanza de que el Niño Dios me conceda el deseo de erradicar la corrupción y el tráfico de influencia que tanto daño ha hecho en nuestra sociedad. Niño Dios sabes bien que con esa cultura de lo fácil, nuestra juventud no tiene paradigmas positivos a emular.

7. Finalmente, te pido que la niñez desvalida de nuestro país encuentre una mano amiga que los ayude a salir de su círculo mortífero de indolencia.

Querido Niño Jesús, tal vez te estoy pidiendo quimeras. Se muy bien que puedes ayudar, pero tu ayuda no será posible si no hay voluntad humana para la transformación. Con estas peticiones, expreso el deseo, como bien predicaste en tu corta existencia, de un mundo mejor.

Ojalá, querido niño puedas ayudarme en estos clamores, que a veces, empañan mi vista y amordaza mi risa.  Que tu bondad infinita se derrame sobre aquellos seres mal llamados humanos que viven para sí, olvidándose que los demás tienen derecho a existir dignamente. Amén

mu-kiensang@pucmm.edu.do

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