Hola Píndaro… ¿Cómo has estado en estos últimos quince días, cuando hablamos de las ideas?”…Herminio, que se ha encontrado a su alter ego y lo mira de arriba abajo.. “¡Pues muy bien!”, recibe como respuesta…
Este encuentro fortuito se ha provocado en plena glorieta del parque Colón, en Santiago… Mientras se saludan y abrazan, no se han percatado que, justo detrás de ellos, hay una señora de mediana edad, pelo ya entrando a cana, regordita y con unos papeles debajo del brazo… “Hola señores –les dirige su clara voz, mientras se toma para sí el momento y la palabra-… “Soy Encuesta… quizás ustedes nunca me han visto pues la mayoría de las veces lo que ven publicado sobre mí son simples, y a veces, comprometedores resultados… Me muevo donde me indiquen pero, cuando así hacen, la mayoría de la población ni se entera… Digo… cuando el tema que me asignan es político, porque cuando es sobre algún producto, una marca, o un servicio que debo medir con mi varita mágica y que va a ser remunerado por alguien del sector privado, la cosa cambia… Los clientes que me pagan son más exigentes y me piden planes de trabajo, mapas de ruta del trabajo de campo, horarios, cantidad de gente que se va a convertir en familiares míos.. A esos yo les llamo ‘Encuestadores’… Son primos, hermanos, tíos y los que necesitemos…”.
Píndaro y Herminio se ha quedado de una sola pieza… Esta señora –que además se entrometió con ambos-, les ha interrumpido su casual y feliz encuentro en medio del parque… “¿Por qué no me permiten presentarles a mi hija mayor?… Ella se llama Muestra… Siempre me cuido de que esté bien presentada para que mi familia le quede bien a todos los que nos invitan a participar de sus eventos… Ahhh… Y, por ahí viene con ella un sobrinito al que, desde que nació, le pusieron por nombre Cuestionario…”.
Los dos ‘asaltados’ por la señora se han quedado perplejos… Simplemente, han adoptado una actitud de escuchar qué de nuevo les va a aportar ese mediodía de parque… “Escuchen, cuando mi hija mayor se va a dejar sentir, se convierte en lo que se llama Muestreo y, por ende, en un ejemplo vivo de lo más controversial que se pueda tener en la vida… Cuando a ella le piden que mida, por ejemplo, los niveles de salarios para luego tomar algunas medidas al respecto, todo el mundo está feliz porque por fin se está haciendo algo por ellos… Pero, cuando algún sector político la quiere para que yo le dé entonces vida, hay situaciones que muchas veces provocan que nos ataquen brutalmente aunque, a veces, nos alaben…”.
“¿Y en cuáles actividades se juntan ustedes para dejarse sentir?”-cuestiona Píndaro-… “Si –responde de inmediato Encuesta-… A veces nos llaman para averiguar opiniones acerca de situaciones públicas… Otras veces nos llaman para decirles a algunos candidatos –en privado- la posibilidad que tienen de ser elegidos, o no… Y, otras veces, cada unos cuantos años, nos meten en el lío de tener que inventar resultados pre-electorales que nuestros papás tienen que diseñar, para satisfacer la curiosidad sobre quién va arriba y por cuántos puntos, en una carrera electoral…”.
Herminio, que tiene ya una vida compartiendo experiencias en el mercadeo, es el que mete la cuchara y pregunta: “¿Y cuál parece ser la única vía para un candidato saber cómo piensa la gente en determinado momento?”… Es ahora Muestra la que le mira directo a la cara, mientras dice: “Las opiniones del público son tan fuertes que se convierten en un mecanismo de presión real sobre el candidato, y es la esencia de una real democracia… Garantizando que mi sobrinito Cuestionario pueda estar a tono con lo que se desea saber, nuestros trabajos reflejan un resultado de opinión tan real que cualquier otro método que se quiera utilizar proyectará opiniones dispersas y se podría convertir en vocero de intereses especiales… Muchas veces, parte de la población no ha pensado nunca en algún aspecto y solo cuando nosotros lo traemos a colación en el trabajo de campo es cuando se dan cuenta de dicha situación en su vida diaria…”.
Píndaro aprovecha y reclama: “¡Pero, en sus trabajos, la opinión pública no es la suma de las opiniones individuales reportadas por usted, Doña Encuesta!… ¡La opinión pública y las actitudes de la gente son muy complejas y difícilmente se responden con algunas simples preguntas!”.
“Doña Encuesta –cuestiona Herminio-… ¿Y cómo es eso de que hay candidatos que la contratan de forma privada?”…. “Ahhhh…. Siiii… -responde ella-, Ellos nos usan -a veces- como herramientas… Esto se ha convertido en muy común…Lo hacen para tener una base en sus estrategias de campañas… Esto les permite ser más efectivos, porque son una herramienta para usar luego el mercadeo y, así, poder mejor satisfacer a sus potenciales votantes…”.
Justo en ese instante, Muestra interrumpe y comenta: “Lo que yo no veo confiable es al sistema de predicción electoral… Esa es la forma más débil –a mi entender-, porque están hechos para ajustarse a los deseos de los candidatos que las ordenan… Es más, yo entiendo… ¿No es así mamá? –pregunta a Encuesta-, que es una de las vías menos recomendadas y menos satisfactorias como muestra de una realidad, porque el público cambia de opinión de la noche a la mañana…”.
No bien Muestra termina sus expresiones, cuando un palo de agua les daña a Píndaro y a Herminio su encuentro en el Parque Colón… ¡Será entonces hasta otro día!