Las encuestas publicadas por diferentes firmas en los últimos dos meses cierran con números mayúsculos el escenario de una segunda vuelta para elegir al presidente de la República para el periodo 2024-2028. En las votaciones del 19 de mayo tal parece que el primer mandatario de la Nación será electo en la primera ronda de votaciones, como ha ocurrido en los últimos veinte años.

Según las publicaciones de los sondeos realizados entre el 6 de marzo y el 5 de abril del presente año, un promedio de 69.50 % de los votantes consultados opina que no habrá segunda vuelta.

Al valorar los resultados particulares, el 76.60% de los encuestados por la firma RCC-Gallup dice que no habrá segunda vuelta; lo mismo opinó el 61.30% de los consultados por ABC Marketing, mientras que en el estudio de ACD Media el 70.60% piensa que la elección del presidente se definirá en la primera ronda de votaciones.

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Revertir esos posibles resultados pareciera imposible, ya que solo un promedio de 26.03% de los consultados por esas tres firmas dice que habrá segunda vuelta y un 4.47 declaró que no sabe.

El ensueño de una segunda vuelta parece que será aplastado si se toma en consideración el hecho de que siempre ha existido una importante franja de votantes indecisos que habitualmente se inclina hacia las predicciones de las encuestas.

Así como es bastante alto el promedio de sufragantes que descartan una segunda vuelta, también lo es la intención de voto hacia Luis Abinader, candidato presidencial del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM).

En seis encuestas realizadas entre el 6 de marzo y el 14 de abril, Abinader tiene un promedio de 64.55% en la intención de voto de los consultados, valor que supera un poco más del doble de los promedios sumados de Leonel Fernández (20.68%) y Abel Martínez (9.50%).

Fue el proceso electoral de 1996 el único en que se produjo una segunda ronda de votaciones, luego que en 1994 el liderazgo político nacional acordó aprobar esa modalidad en nuestro sistema de elecciones presidenciales.

Tras la grave crisis electoral de 1994 se logró la firma del denominado “Pacto por la Democracia”, en el cual se planteó que en caso de que ningún postulante a la presidencia de la República obtuviera el 50%+1 voto, se procedería a celebrar una segunda ronda entre los dos que consiguieran las mayores votaciones.

En las elecciones presidenciales de 1996, el doctor José Francisco Peña Gómez obtuvo el 46% de los votos válidos, Leonel Fernández consiguió el 38% y Jacinto Peynado un 15 %, por lo cual fue necesaria una segunda ronda de votaciones.

Cuatro años más tarde casi ocurre una segunda vuelta, ya que Hipólito Mejía ganó sin haber saltado la barrera del 50%+1 voto, siendo electo presidente de la República debido a que Danilo Medina no tenía el apoyo de Balaguer.