Encuestas, puntos críticos para su credibilidad

Encuestas, puntos críticos para su credibilidad

Lo elemental de una buena encuesta político-electoral: que las conclusiones obtenidas de la muestra se correspondan lo mejor posible con la población objetivo, que no es otra cosa que la masa electoral.

Nadie es dueño absoluto de la verdad; la encuesta persigue, precisamente, estimarla confiablemente y si es el encuestador mismo quien inspira poca confianza, de entrada toda la investigación podría perder credibilidad, aun siendo perfecta.

Principales fuentes de fraudes o maquillajes en encuestas político-electorales:

1) Con el tamaño de la muestra normalmente no se maquilla, pero sin descuidar que mientras más grande es ella más veraces tienden a ser los resultados (con excepciones).

2) Al definirse la “población objetivo” es fácil descartar toda posibilidad de maquillaje, partiendo de la premisa de que el Padrón Electoral (nacional,  provincial y municipal) es un dato cierto y disponible que ofrece la JCE

3) La manipulación podría comenzar en la Distribución Geográfica o espacial de la muestra: una submuestra mayor para Higüey favorecería a  Amable Aristy ¿verdad?; mayor presencia en la muestra del sector rural o, al revés, de zonas urbanas altamente industrializadas, podrían hacer la diferencia.

4) El género podría utilizarse para distorsionar: mucho más mujeres que hombres beneficiaría a un candidato muy bien posicionado frente al “sexo débil”. 5) Otras características importantes de la población objetivo: analfabetismo, escolaridad, clase social (pobre, rica), edad. En la medida en que el partido o candidato se sepan fuertes en alguno de estos aspectos, se puede manipular “con ejemplar tecnicismo” simplemente sobredimensionando la participación  respectiva.

6) La estricta proporcionalidad: Todas las manipulaciones anteriores desaparecerían si la composición o estructura de la muestra y su distribución espacial se ciñe a la realidad poblacional.

7) La teoría a menudo choca con la realidad: Discriminar y desagregar una muestra tomando en cuenta tantos factores (sexo, edad, género, región, educación, clase, etc) pudiere ser fácil en el mero papel, pero se complica sobremanera al iniciar la labor de campo: ¡Se requeriría un tamaño de la muestra muy superior!.

8) La coyuntura: Se puede concientemente manipular una encuesta escogiendo hacerla en circunstancias especiales, transitorias: un  escándalo de corrupción, el destape de un poderoso narco, terrible denuncia sexual, un rotundo éxito, etc.

9) Religión y discriminación racial: ¿Cree Ud que en República Dominicana “llegaría lejos” un candidato que se confiese ateo o racista?

10) La manipulación descarada: La Ficha Técnica podría, en el papel, ser perfecta y justa,  sin argumentos para cuestionar los resultados. Pero… otras pueden ser las “instrucciones” al personal de campo, a los encuestadores, especialmente si  los procedimientos del empadronamiento permiten rejuegos.

11) Las simpatías del personal de campo: diferente a las “instrucciones verbales”, podría distorsionar los resultados el que el entrevistador quiera, de alguna manera, hacer valer sus propias simpatías. ¿Sabía Ud, en el extremo, cuantas entrevistas “fantasmas” pudiere llenar un encuestador no supervisado? Una eficiente supervisión lo dificultaría.

12) El más grotesco de los maquillajes: Asumamos lo ideal: la encuesta fue perfecta y justa. Los ejecutivos de la firma reciben los cientos o miles de cuestionarios.

¿Y qué hacen con ellos? ¡”Maquillan” las cifras al momento de su manejo, tabulación, graficación, presentación y divulgación!. ¡La investigación de campo entera solo persiguió dar credibilidad a lo publicado, posible incluso con un personal de campo no involucrado!

13) Otro escollo: Si el ambiente es corrupto es difícil permanecer incólume.

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