Endecha por  El Gaddafi  

Endecha por  El Gaddafi  

El asesinato  del líder libio Muammar El Gaddafi, ocurrido en su ciudad natal  Sirte, el 20-10-11, luego de 42 años de  férrea  tiranía desalmada y corrupta, en que  incurrió en eliminar en su etapa postrera a más de diez mil    paisanos  suyos,   tiene   varias lecturas, además del final del déspota.

El Gaddafi fue coherente en insistir en que no abandonaría su país y que terminaría su vida y gobierno peleando, pero al final se rindió a los rebeldes que lo asesinaron a tiros, cuando debieron preservarle la vida y entregarlo al Tribunal Penal Internacional de La Haya que emitió orden de captura, y allí dilucidar sus desmanes de lesa-humanidad y corrupción que involucran más de US$200 mil millones, que aún nadie ha osado identificar su paradero.

 Los países poderosos que intervinieron apañados por la dócil Naciones Unidas, que avaló la intervención, como siempre, más la Unión Europea a través de la OTAN, perro de presa del imperio para doblegar cualquier disidencia europea y amenaza      permanente a Rusia, cuyo poder teme la UE siempre, en realidad debieron sosegar sus ansias de piñata para disponer la riqueza petrolera y gasífera de Libia, y permitir    que fuesen los libios quienes decidieran por sí solos el fin de El Gaddafi.

Libia posee 42 mil millones de barriles de petróleo y l,500 millones de metros cúbicos de gas; reservas en oro de US$6,600 millones, Banca de Inversiones  por US$70 mil millones y unos US$150 mil millones en cuentas bancarias de El Gaddafi, hijos y secuaces, que se presume deben aparecer y retornar a los libios para reconstruir y reorientar su país.

La opción     del magnicidio al estilo que el  imperio ejecutó con el generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, entre la alta oficialidad libia, debió ser el método de los libios para culminar con la era de El Gaddafi, en defecto de entregarlo al TPI de La Haya y ahorrar tanta sangre y destrucción de Trípoli, Misrata, Bengazi y Sirte, pero ahora vendrán los buitres del imperio y sus secuaces con sus multinacionales a reconstruir a Libia. ¡Pobre Liba! ¡Pobre mundo!

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