Rafael Corporán de los Santos, el legendario como inolvidable Viejo Corpo, se desmaterializó el día 5 del presente mes de marzo y trasladó Sábado de Corporán a las referencias magnas de la memoria nacional.

El día 0l-03-ll mi entrega a HOY versaba alusiva a las inmensas condiciones humanas del Viejo Corpo, desinhibido, sin los gravísimos problemas de identidad e incomunicación que padecen tantos, campechano, cordial, solidario con los que como él empezaron  desheredados de fortuna, sin malicia, vibrante de emociones sanas, triunfador, empinándose sobre sí mismo para sobresalir del montón, sin pisarle un callo a nadie y sin desertar ni por un instante, nunca, de sus orígenes.

Fueron gemas espirituales invaluables que El Viejo Corpo mostró sin el menor esfuerzo, refulgentes en función de fragua para fundir afectos y conformar así un espécimen paradigmático.

Proviniendo de un patio de Villa Consuelo, cargando una cajita de limpiabotas primero, luego billetero, canillita (pregonero de periódicos), estudiante de día en la Escuela de Locución de La Voz Dominicana y de noche cargando sacos de maní en La Manicera, hasta recibirse de locutor iniciándose en las jornadas donde habría de destacarse y  brillar con luz propia, comenzando en una guagüita anunciadora.

 En Radio Continental hizo sus pininos en las hondas hertzianas, luego en Radio Reloj, La Voz del Trópico, RPQ y Radio Tricolor, y con ese acervo, se lanzó a crear el programa radial de variedades “Gozando con Producciones Corporán”, el de mayor audiencia en ese momento histórico.

Fue el paso previo para producir Sábado de Corporán y Sábado Chiquito de Corporán por Color Visión, que mantuvo en el cenit de la preferencia en las multitudes por 25 años, derrochando alegría contagiosa, talento, emociones y soluciones económicas con aquel famoso Barril que se le Perdió al Diablo, decía, con una sonrisa de satisfacción  planetaria.