Desde entonces no ha habido un solo año con superávit para el país
He explicado anteriormente que el DR-CAFTA, como todo acuerdo de libre comercio, busca abaratar importaciones, incrementar exportaciones y, en nuestro caso, alentar inversiones en zonas francas. ¿Qué ha pasado después de casi 15 años? De abaratamiento en el mercado interno: prácticamente nada, captación de inversiones para zonas francas: insuficientes; las exportaciones con mínimos incrementos pero las importaciones estadounidenses casi duplicadas. Nada sorpresivo.
El 29 de enero de 2007 escribí en esta columna “Fantasías y realidades del DR – CAFTA” donde advertía el desafío desigual que significaría para el país implementar un acuerdo de libre comercio con la potencia económica más grande del mundo y señalaba que “está por ver cuál será el efecto real–más allá de cualquier utopía– que podemos esperar del CAFTA sobre el monto de nuestras exportaciones”. Ciertamente, ni por modestia puedo desconocer que no me equivoqué.
Oigo y leo con frecuencia comentarios del “éxito” que ha significado el acuerdo. Lógico cuando lo dicen fuentes norteamericanas o sectores importadores porque, ciertamente, tienen de que alegrarse.
En el artículo hacía alusión a como los defensores en EEUU del Tratado confesaban no entender cómo habían quienes se oponían a un “acuerdo tan desproporcionadamente favorable a EEUU”, textual. Los abogados exclamarían que a “confesión de parte, relevo de pruebas”. Todos tenían razón. Antes del acuerdo más del 90% de las exportaciones dominicanas entraban en EEUU bajo condiciones preferenciales, por diversas razones, pero las ventas desde allá pagaban aranceles.
Enderecemos la realidad del comportamiento del acuerdo. En los 5 años previos al DR-CAFTA la RD registró un superávit acumulado con EEUU de 6795,6 millones y los primeros 5 años de vigencia del Tratado, 2007-2011, el déficit se disparó desde el mismo primer año para alcanzar un acumulado deficitario de 5412.2 millones.
Desde entonces no ha habido un solo año con superávit para el país en el intercambio con su principal socio económico comercial.
En el año inmediatamente anterior a la entrada en vigor del acuerdo, 2006, las exportaciones al mercado norteamericano totalizaron 4943.2 millones y en el 2019, antes de la pandemia, alcanzaron 5901.8 millones representando un incremento del 19.4% para un promedio de 1,5% anual. Mientras las importaciones desde EEUU, igualmente en 2006, fueron 4522.3 millones y en 2019 alcanzaron los 8767.9 millones para un incremento entre 2006-2019, del 93.9% o 7.2% promedio anual.
En 2006 la RD tuvo superávit en el intercambio bilateral de 420.9 millones, un año antes habían sido 1214.0 millones pero en 2019 el déficit fue de 2866.1 y en 2018 de 3317.9 millones de dólares. El intercambio comercial entre una economía desarrollada y otra en desarrollo es un gran desafío en cualquier caso.
Se puede alegar, con razón, que el déficit comercial se compensa en términos de balanza de pagos por el turismo y las inversiones pero un país no puede desentenderse de su planta productiva y capacidad exportadora. Muchos consideran llegado el momento de revisión del Tratado que constituye una amenaza para varios rublos de la agropecuaria nacional.
Estas son las cifras reales, gracias a la excelente información de la Oficina Nacional de Estadísticas.