Endurecimiento que se esperaba

Endurecimiento que se esperaba

En su discurso de anoche, el presidente Danilo Medina anunció una intensificación de medidas para proteger la salud colectiva que ya se aplicaban ante el fluir mundial del Covid-19, inasible virus que tiene en jaque a la humanidad y erosiona con rapidez y gran perjuicio social la economía mundial. Implican significativas restricciones de actividades muy diversas para garantizar aislamientos sociales y poner barrera a los contagios. El Gobierno no ha dejado fuera de las contingencias establecer concesiones fiscales y alternativas financieras provisionales para atenuar los efectos que sobre el sector productivo y el empleo ocasionarán los constreñimientos sin precedentes que gravitarán desde mañana.

El país ha estado fuera de la expansión viral de la magnitud sufrida por otros países, pero es hora de prepararse para situaciones extremas que conllevarán un cierre de fronteras por mar y tierra durante 15 días, entre otras limitaciones. Las circunstancias obligan a sacrificios temporales. El aislamiento social, en adición a esfuerzos por combatir directamente el peligroso germen, es una respuesta sanitaria adecuada. Otras disposiciones estarán encaminadas a fortalecer servicios asistenciales y expandir áreas de hospitalización a los niveles que requiere la pandemia, tomando en cuenta a las personas de mayor riesgo por razones de edad y enfermedades preexistentes. Que no falte respaldo a la autoridad.

Largo déficit de buenas prácticas

Continúan como deplorable recursos de algunos practicantes de «campañas políticas» la compra y venta de votos, las imprudencias de hacer propaganda en violación a límites a los proselitismos tras semanas de haber saturado el ambiente con majaderías estridentes, promesas hiperbólicas y agresiones verbales entre rivales que tienden a poner a la gente en tensión, preparándola para un desatre inminente.

Como si fuera ayer que ajusticiaron al Chacal de San Cristóbal para dar paso a la democracia y al libre juego de los discursos y aspiraciones, no necesariamente para tratar de calzarse sus botas, aunque haya ocurrido alguna vez. Como si fuera ayer que el país comenzó a recorrer el camino de las luchas por el poder se sigue actuando sin madurez ni asimilación de buenas formas de competir para sosiego de la colectividad.

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