Person watches TV at night in his bed with his feet sticking up out of the blankets. The TV screen is blank white
¿Te la pasas tan exhausto que te queda difícil hasta hilar las ideas para describirlo, a pesar de que ya te aseguraste de que no tienes ningún problema médico?
Quizás incluso ya has seguido los consejos usuales de los expertos: comes una dieta balanceada, haces ejercicio y te aseguras de dormir lo suficiente.
Y sin embargo…
Pues resulta que hay ciertos hábitos cotidianos que pueden estar drenando tu vigor sin que siquiera lo sospeches.
Entre esos saboteadores furtivos de energía hay viejos conocidos, como sentarse en mala posición o aplazar comidas.
También cosas que hacemos sin notarlo, como respirar incorrectamente cuando tenemos demasiadas cosas en la cabeza, según le dijo la psicóloga Uma Naidoo al Huffington Post, o tener demasiadas pestañas abiertas en el computador, como le señaló la neuróloga Rana Mafee a la misma publicación.
Pero hay algunos inesperados, y para explorarlos hablamos con Leela R. Magavi, psiquiatra y directora médica regional de Community Psychiatry y MindPath Care Centers en California.
1. Las series de TV, películas y noticias
Ver series o películas es algo que hacemos para relajarnos, entonces, por qué -le preguntamos a la doctora Magavi- los expertos como ella lo incluyen en la lista de posibles factores que provocan cansancio mental.
«Como seres humanos, somos criaturas emocionales, y muchos somos empáticos y captamos los sentimientos de los personajes de los programas de televisión y las películas.
«Pueden recordarnos experiencias dolorosas en nuestra vida, cualquier tipo de deficiencia, debilidad, pérdida o inseguridades, y todos eso puede provocar muchas emociones adjuntas, como tristeza, ansiedad, miedo, ira, que incluso si están en nuestro subconsciente, nos pueden afectar.
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«Entonces, cuando miras muchos de estos programas de televisión, incluso si no sientes que estás pensando abiertamente en ello, esos sentimientos estarán bajo la superficie.
«Mientras trabajas, mientras estás con tu familia, esa gran cantidad de emociones pueden inundarte y hacerte sentir agotado durante todo el día sin que te des cuenta».
Magavi agregó que algo similar puede ocurrir tras ver o leer las noticias, «pues te llevan a pensar en lo que está sucediendo en el mundo».
Y aclaró que no estaba diciendo que era malo ver televisión o leer periódicos.
El antídoto
«Lo que recomiendo para combatir ese cansancio es, después de leer o ver algo, procesarlo, ya sea a través del journaling o escritura expresiva (escribir tus pensamientos y sentimientos para entenderlos más claramente), o hablando con un amigo o familiar.
«Eso permite que salgan las emociones, para no interiorizarlas y para que no consuman tu energía».
Pero no siempre se tiene el tiempo para cuidarse tanto… ¿hay algún método más expedito?
«Es bueno simplemente hacer un chequeo mental contigo mismo: qué emoción me evocó este artículo o este programa de televisión.
«Eso puede ser muy rápido y fácil de hacer.
«Por ejemplo, si acabas de ver ‘El rey león’ y te sientes triste porque el padre muere, eso puede hacer que te preocupes por la muerte de las personas que amas. Pero al hacer tu chequeo mental recordarás que todos están haciendo todo lo posible para mantenerse saludables.
«Algo tan corto como eso puede ayudarte a no internalizar esas emociones y dejarte bombardear por ellas».
La excepción
Leer historias en libros, sin embargo, puede tener el efecto contrario.
«No sólo no tienes la luz azul de la pantalla, que causa fatiga ocular y dolores de cabeza, sino que al leer usas tu propia imaginación, así que muchas personas encuentran que la lectura, incluso si es muy emocional, es muy terapéutica y los tranquiliza».
2. Los deportes
Efectivamente, otra de esas cosas que entretienen, que nos sacan del día a día, puede ser otro desagüe de energía.
«Los fanáticos ávidos pueden estar muy absortos en el deporte, y sentir las derrotas y victorias como propias, sintiéndose o demasiado tristes y desmoralizados o eufóricos.
«Cualquier extremo, cualquier emoción fuerte suele ser extenuante: en la felicidad intensa se pueden agotar muchos de los circuitos en el cerebro; la tristeza profunda, puede estar relacionada con la ansiedad, que sobrecarga la amígdala en el cerebro y te hace sentir muy cansado».
El antídoto
«Lo importante es estar consciente de lo que estás sintiendo.
«Si estás muy emocionado, pregúntate: ¿necesito tomar un descanso, un refrigerio, una ducha rápida… qué debo hacer para calmarme en el momento?
«Respira profundo, haz estiramientos y camina un poco».
3. Los planes
Planear es una manera de controlar la realidad, de organizar la vida, de derrotar el caos, de tomar el timón.
Pero, nuevamente, algo que instintivamente meteríamos en el paquete de cosas que alivian el estrés, en realidad puede provocarlo.
En este caso, se vuelve a aplicar aquello de que (casi) todo en exceso es malo.
La planificación es muy útil… hasta cierto punto
Estar constantemente expuesto a un calendario lleno de obligaciones puede causar un aumento en la ansiedad y afectar negativamente la memoria y la velocidad de procesamiento.
«Algunas personas pasan tantas horas haciendo horarios y listas que no son capaces de vivir conscientemente y disfrutar de su vida. Siempre están preocupados porque se atrasaron en esto, no pudieron ponerse al día con lo otro, y realmente no sienten autocompasión y gratitud hacia ellos mismos por lo que lograron ese día.
«Eso puede causar muchos sentimientos de tristeza, desmoralización o fatiga.»En algunas personas eso termina en los sueños.
«Tengo pacientes adultos que sueñan que van a llegar tarde a la escuela, que no terminaron la tarea… tienen muchos sueños que los llevan de regreso a la niñez, donde sienten que están constantemente atrasados, y eso hace que no se sientan bien en la mañana».
Antídoto
«Siempre recomiendo dedicar de 5 a 10 minutos solo a pensar cuáles son los objetivos principales para el día y luego, al final del día, incluso si no se alcanzaron, no dedicar demasiado tiempo a pensar en esos sino en los que sí se cumplieron, en por qué son importantes».
La psiquiatra también recomienda no hacer planes con mucha antelación, «porque la vida siempre está evolucionando y es importante ser flexible».
«Cuando las personas planifican a largo plazo, simplemente anticipan que todo en su mundo extraño funcionará como un reloj para alcanzar esa meta a tiempo.
«Pero si algo cambia en su familia, en sus amigos, en su trabajo y no pueden alcanzar esa meta, se sienten completamente abrumados».
Un truco es planificar lo obligatorio -reuniones, citas, celebraciones familiares-, y dejar el resto del tiempo tan libre como sea posible.