JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
El barril de petróleo superó la barrera de los sesenta dólares, trayendo esta situación una serie de interrogantes, diríamos nosotros, macabras, sobre una población ya saturada de medidas impositivas agobiada por el aumento desproporcionado de los precios de la mayoría de los productos, incluyendo aquellos de la denominada canasta básica.

Aumentar el costo del galón de combustible, sea este gasolina, diesel o gas ha dado como resultado el incremento del costo del pasaje, o la modalidad habilidosa de los «choferes del concho», de acortar las rutas y esquilmar al pasajero con un nuevo desembolso; caso contrario, lo obliga a bajar del vehículo. Esto significa que el sufrido usuario debe destinar más recursos para transportarse a su lugar de trabajo.

La energía que suplen las generadoras a las distribuidoras de electricidad, pese al aumento de los «apagones financieros», ha tenido un alza en la facturación, lo que ha traído serios disgustos y protesta por parte de los usuarios, que ya no saben como soportar tantos atropellos y desconsideraciones a la hora de presentar sus reclamaciones, la gran mayoría desestimada, teniendo alguna posibilidad de éxito cuando se realiza por intermedio de la Superintendencia de Electricidad.

Para conjurar el alza de los combustibles se ha planteado la posibilidad de importar equipos que permitan la utilización del alcohol, combinado con la gasolina, tal y como lo hace el Brasil. La Federación Dominicana de Colonos (FEDOCA), desde hace muchos años posee estudios para convertir la caña de azúcar en alcohol, instalando destilerías en los ingenios para disminuir los costos de transporte. Se calcula que con el uso de etanol el Estado dominicano se ahorraría muchos millones de dólares. Sin embargo, el mismo ha sido estudiado ciento de veces y no acaba de arrancar por los intereses encontrados, especialmente por existir una alternativa europea. El Gobierno de España también ha contribuido con proporcionar fuentes alternativas al inducir a nuestros funcionarios a que ejecuten un plan eólico como el que está situado en La Muela, cerca de Zaragoza. En ese parque existen más de cien generadores eólicos que aportan electricidad suficiente para suplir las necesidades de varias ciudades aledañas. Estos aerogeneradores de alta potencia y durabilidad sólo necesitan de una zona en donde haya suficiente brisa para mover las aspas que activan los generadores. El único problema es el alto costo de estos enormes molinos montados sobre torres de acero.

Una alternativa que se utiliza más en nuestro país por estar auspiciada por organizaciones no gubernamentales (ONG) ha sido la utilización de paneles solares, pero éstos tienen la desventaja que para generar 110 voltios se necesita una gran cantidad de los mismos. No obstante, en nuestros campos muchas viviendas exhiben uno o dos en sus techos, generando electricidad para unidades que utilicen 12 voltios. Así, han sido equipados neveras, radios, abanicos y otros electrodomésticos. Las bombillas de 12 voltios tienen la particularidad de que casi no consumen energía, pero tienen la desventaja de su deficiente alumbramiento.

Sin lugar a dudas nuestro país está abocado a desarrollar fuentes alternativas de energía, ya que según las proyecciones de los países agrupados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el precio del barril podría en un corto plazo arribar a los cien dólares. Si esto acontece, no se podría poner en duda que se volvería a leña y carbón para cocinar y también no podría descartarse, que el coche, el quitrín y por que no, los caballos y burros sean los medios de locomoción de una población que en un tiempo contó con una gran clase media y hoy sólo cuenta con pocos ricos y una gran masa paupérrima.