Enfermos mentales

<p>Enfermos mentales</p>

La presencia abundante de enfermos mentales en las vías públicas delata con mucha elocuencia la falta de programas estatales dirigidos a atender estos casos y activar la responsabilidad familiar para hacer lo que corresponde.

Aunque el enfermo mental no lo perciba, porque su condición de salud se lo impida, hay un componente de degradación humana cuando uno de estos pacientes se exhibe desnudo, sucio y expuesto a todos los riesgos imaginables.

El concepto moderno de tratamiento siquiátrico ha abolido el confinamiento forzoso de pacientes mentales, salvo en los casos crónicos.

Sin embargo, algún capítulo de la política de salud pública debería ocuparse, no en el papel sino en los hechos, de garantizar que los enfermos mentales ambulantes reciban algún tipo de atención.

Ahorremos agua

El recurso agua es cada vez más escaso.

En cambio, la demanda de este líquido insustituible va en constante aumento.

Actualmente, nuestro país atraviesa una sequía estacional que podría prolongarse hasta mediados de año.

Hay razones más que suficientes para inspirarnos a hacer un uso racional del agua de que disponemos.

También el calentamiento global constituye una amenaza para la disponibilidad de agua en el planeta.

Constantemente deberíamos practicar formas de ahorrar este recurso cada vez menos abundante.

La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) ha recomendado que en todo momento, pero sobre todo durante épocas de sequía, evitemos desperdiciar el agua.

Hay que hacerle caso.

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