LA PAZ (AFP) – El poderoso gremio boliviano de los choferes suspendió ayer una huelga del transporte público tras negociaciones con el gobierno, mientras los maestros de la educación pública y las regiones petroleras de Tarija y Chuquisaca mantienen sus protestas. Las principales ciudades bolivianas, excepto la importante Santa Cruz, cumplieron el martes la huelga de los choferes, en la más contundente protesta en los siete meses de gobierno de Evo Morales.

Los transportistas y el gobierno acordaron la noche del martes abrir un espacio de negociaciones de 60 días para discutir un pliego de 18 puntos.

Los choferes se oponen a un ampuloso trámite de una tercera chapa (placa) impuesto por gobiernos municipales, y demandan abastecimiento de diesel y el cumplimiento de un ampuloso pliego. El paro de los choferes, que debía extenderse hasta el miércoles, se tornó violento cuando los huelguistas la emprendieron con látigos y palos contra sus colegas que intentaron romper la medida de fuerza.