En Argentina, la violencia estalló por segunda noche consecutiva frente al Congreso este 1 de febrero. Mientras los diputados examinaban las reformas desreguladoras de Javier Milei, se produjeron enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes que habían acudido a protestar ante la convocatoria de organizaciones de izquierda.
Al día siguiente de una laboriosa primera sesión de 12 horas, los parlamentarios argentinos examinaron por segundo día consecutivo el vasto y polémico paquete de reformas de Javier Milei, que afecta a muchos aspectos de la economía, el ámbito público y el privado.
Frente al Congreso, que estaba completamente atrincherado detrás de barreras antidisturbios, miles de manifestantes se enfrentaron a una fuerte presencia policial. De acuerdo con el nuevo protocolo antibloqueo del Ministerio de Seguridad, la policía decidió despejar la carretera ocupada por los manifestantes con porras y gases lacrimógenos.
«Nos va a dejar a todos en la calle»
«Somos un grupo de vecinos organizados, de estudiantes, jubilados, trabajadores, y estamos en contra de este retroceso que representan las medidas y el plan económico de Javier Milei«, explicaba un manifestante. Con la cara hinchada y los ojos enrojecidos, Emiliano intentaba recuperarse después de ser gaseado. «Este plan de ajuste nos va a dejar a todos en la calle, nos va a dejar a todos sin educación pública, sin salud pública, va a dejar a los jubilados como en el 2001, muriéndose de hambre», subrayó asimismo.
La brigada motorizada continuó dispersando a los manifestantes disparando balas de goma. Dentro del Congreso, los diputados de la oposición pidieron sin éxito que se suspendiera la sesión y abandonaron el hemiciclo para denunciar la represión policial.
Los diputados de Unión por la Patria y Frente de Izquierda salieron a unirse a la protesta y enfrentarse a las fuerzas policiales. Cuando regresaron a la Sala, no consiguieron que se suspendiera el debate, que se prolongó hasta altas horas de la noche.
«Peligroso avance represivo»
El día anterior, una manifestación de varios miles de personas, en su mayoría tranquila durante el día, se había descarrilado por la noche. La Policía ya había utilizado gases lacrimógenos, dispersando a unas pocas decenas de manifestantes.
Seis personas fueron detenidas, todas liberadas el jueves. El partido opositor moderado UCR (Unión Cívica Radical, de centroderecha) describió lo sucedido como un «peligroso avance represivo». Un legislador del partido gobernante dijo que un oficial de policía resultó levemente herido el miércoles.
Los diputados deben reanudar el debate este viernes por la mañana, con vistas a una primera votación sobre el principio de la ley, antes de examinar los artículos en detalle.
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