POR DIOGENES TEJADA
AEROPUERTO LAS AMERICAS.- Un grupo de 30 personas, 18 hombres y 12 mujeres, fueron detenidos por miembros de la Marina de Guerra en la zona turística de Cabeza de Toro, Higüey, cuando celebraban lo que creían era haber llegado sanos y salvos a Puerto Rico. Los criollos, nativos del Cibao, partieron desde Miches y fueron dejados en Cabeza de Toro, lugar donde los organizadores del viaje les dijeron que ya se encontraban en Puerto Rico y que debían desplazarse rápidamente.

Vigilantes de yates y lanchas privadas se comunicaron con oficiales de la Marina de Guerra y les comunicaron la presencia del grupo.

Algunos de ellos estaban celebrando haber llegado a Puerto Rico e incluso hablando con acento boricua, dijeron oficiales que participaron en el operativo.

Se reveló que cada uno pagó de 25 mil a 30 mil pesos a sus estafadores, argumentando algunos de los indocumentados que parte del dinero lo tomaron prestado.

«Oye nene, en un rato me estoy comunicando con mi familia para decirle que llegamos bien y que todo fue un éxito», decían los falsos boricuas, según dijeron informantes a la Marina de Guerra.

Se supo que la mayoría son nativos de campos de San Francisco de Macorís, Salcedo, Tenares, Gaspar Hernández y Moca, a cuyos familiares les fueron entregados por disposición del jefe de la Marina, vicealmirante César Augusto de Windt Ruiz.

Los informes indican que los estafadores fueron detenidos después por los oficiales de la Marina de Guerra y entregados a las autoridades judiciales de la provincia La Altagracia.

Tanto el fiscal Lucas Pérez como los jueces de los tribunales de Higüey, aplican severas penas contra los organizadores y traficantes de ilegales, y hace varias semanas Pedro de la Cruz, (Boca Chula) fue condenado a 10 años de prisión. Por otra parte, la División de Inteligencia M-2, que dirige el contralmirante Delfín Bautista Arias, informó que en agosto la institución frustró 47 viajes ilegales a Puerto Rico y detuvo a 20 organizadores y capitanes de yolas.

Se informó que gran parte de las embarcaciones confiscadas fueron construidas con maderas deterioradas, que ni siquiera tenían condiciones para recorrer tan solo tres millas.

Oficiales dijeron que precisamente la Marina trata de evitar que personas incautas se suban a una yola en esas condiciones, conscientes de que lo único que pueden encontrar es la muerte en el mar.