Enhorabuena

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El laborantismo mantiene atareados a los políticos, que a ocho meses de las elecciones congresionales y municipales empiezan a preparar plataformas para impulsar sus aspiraciones.

Un instrumento obligado para esos fines es el diseño de la propaganda mediante la cual «venderán» al electorado las manoseadas promesas de cada ciclo.

Por experiencia sabemos que los activistas ni los aspirantes a cargos electivos tienen el mínimo respeto por los espacios públicos a la hora de pegar propaganda o embadurnar paredes.

Esa decepcionante realidad hace que sintamos justificado regocijo por el hecho de que la Junta Central Electoral (JCE) y el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), con bastante tiempo de anticipación, hayan decidido unificar esfuerzos para regular la propaganda política.

Aparte de muchas promesas que jamás se cumplen, las campañas electorales en este país son generadoras por excelencia de contaminación visual y sonora, efecto que han producido siempre ignorando regulaciones.

Hay pautas municipales y ambientales sobre la propaganda electoral que hay que hacer cumplir, y hacia esa meta parece encaminada la unificación de voluntades entre la JCE y el ADN.

Aspiramos que esa iniciativa, que hasta ahora se circunscribe a una jurisdicción específica de la provincia Santo Domingo, adquiera un carácter nacional y sea imitada por las juntas municipales y los ayuntamientos de los demás municipios del país.

Hay que cerrarle paso a los desmanes que se propician por medio de la diseminación de propaganda durante las campañas electorales y que dejan mucho que desear.

Ruinas

Mientras prevalezca la situación en que niños deban tomar clases en ruinas como las escuelas básicas de San Rafael y Najayo al Medio, ambas en San Cristóbal, se hará difícil que el país pueda lograr salir del atraso en base a los beneficios de la enseñanza.

El deterioro acumulado por la Escuela Básica de San Rafael da a entender que en los últimos 25 años no se le hizo ninguna reparación o trabajo de mantenimiento.

En cuanto a la de Najayo al Medio, hace tres años que fueron iniciados trabajos de reconstrucción cuya terminación posiblemente se apresure ahora que se ha hecho «bulla» acerca de su estado.

Siempre hemos dicho que además de textos y maestros, la enseñanza necesita un ambiente adecuado, en el cual el estudiante esté libre de los sobresaltos que se derivan de permanecer en estructuras con filtraciones, con vocación de desplomarse y otras dificultades.

No se puede negar que el Gobierno, a través de la Secretaría de Educación, se está esforzando por mejorar cada vez más la educación. Lo que parece que hace falta es identificar con más tino las prioridades en materia de infraestructura, para hacer oportunamente las inversiones que permitan un ambiente adecuado para la enseñanza.

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