Enmanuel Castillo afirma que la Marcha Verde surge de esperanza

Enmanuel Castillo afirma que la Marcha Verde surge de esperanza

El sociólogo Enmanuel Castillo consideró que el movimiento Marcha Verde ha emergido como una esperanza, al calor del impacto creado por el escándalo de corrupción de Odebrecht que involucra a la partidocracia clientelar.
Esta movilización ha comenzado a romper, por el momento, con la situación de inmovilidad social que fuera inducida por la expansión del modelo neoliberal y su estrategia clientelar de gobernabilidad.
En este resurgir de la resistencia, la “Marcha Verde” tiene por finalidad ponerle “fin a la impunidad en contra de la corrupción”, flagelos estos agravados por la dominación establecida mediante la aplicación de los mecanismos corrompidos de la “acumulación originaria” impulsada por la gestión de “los hijos de machepa en el poder”.
Castillo hizo esas valoraciones durante un seminario realizado en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) en el que se debatió el fenómeno de la Marcha Verde como movimiento social.
El referido movimiento “aprovecha la deslegitimación democrática del régimen, fruto de la desmoralización y la falta de credibilidad creadas, así como por el conflicto interno que afecta al partido gobernante, y aplica un efectivo plan de movilización ciudadana”.
La Marcha Verde hacia el futuro. Castillo entiende que el movimiento debe encaminar sus pasos futuros hacia una estrategia de resistencia dirigida a la deslegitimación de la dominación neoliberal establecida, ahondando la crisis de credibilidad.
“Para ello se debe partir de la evaluación de la agenda neoliberal aplicada por los gobiernos, sobre la base de estudios y planteamientos bien fundamentados en criterios técnicos, sociales y políticos, cuyos resultados permitan una crítica sustanciosa a la gestión de gobierno de donde se pueda construir la propuesta que sea la alternativa posible, frente a la presente gestión.
“Con la deslegitimación de la gestión neoliberal se crearía la condición para conducir el proceso hacia una crisis de gobernabilidad que eventualmente pudiera forzar a un especie de nuevo “Pacto por la Democracia”.
En ese contexto Castillo entiende que la agrupación debería orientar su movilización hacia la despolitización del Poder Judicial y del régimen electoral, para ponerle fin a la corrupción y la impunidad y garantizar elecciones creíbles.
El movimiento también debe exigir el consenso para la aprobación de la Ley Electoral y Ley de Partidos, a los fines de que la práctica política sea regulada.
Igualmente la recomposición del Poder Judicial y de elecciones, para asegurar su independencia y la separación de los poderes, así como la viabilidad de la alternabilidad legítima.
·El síndrome del oportunismo. Para que el Movimiento Verde pueda alcanzar esos objetivos “debe cuidarse de la antropología criolla muy dada a agotarse en lo emotivo de la acción sin objetivos, y que a la vez soslaya por extraña la teoría de la acción racional de las sociedades modernas”.
También debe cuidarse, dice Castillo, del “síndrome del oportunismo” propenso al chantaje político, que debilitaría sus posibilidades para un buen desempeño.

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