Enrique Lugo Silva

Enrique Lugo Silva

En aquel tiempo, como se dice en la Biblia, en Puerto Rico había un solo Distrito de clubes de leones, registrado en la Asociación Internacional de Clubes como Distrito 51. Tres o cuatro años más tarde, aquel distrito fue múltiple de dos distritos, registrados como 51-A y 51-B.

Eso quiere decir que operaban en la isla más de 70 clubes de leones, con matricula total de más de dos mil 500 afiliados. Algunos años después se le adicionó un tercer distrito, 51-0.

El doctor Enrique Lugo Silva, catedrático de la Universidad de Puerto Rico en el recinto de Río Piedras, y miembro de la Cruz Roja Americana, desempeñó las funciones de gobernador del Distrito 51 en el período 1964-65. Desde ella contribuyó a la incorporación del país al leonismo internacional en 1964. Por eso se le tuvo siempre como padrino o co-fundador del Distrito R. que lo dejó instalado el entonces presidente internacional Claude M. de Vorrs, llegado expresamente para entregar el 18 de diciembre del mismo año la carta constitutiva del Club Santo Domingo, luego central.

Lugo Silva creó en 1967 el premio de su nombre para que fuera entregado al león más destacado cada año, y costeó de su peculio la placa que lo consagra. Fueron escasas las ocasiones en que no vino, la primera en 1977, para entregar personalmente el premio. En los primeros años del Distrito R, diligenció con éxito la donación por un club de leones de Puerto Rico del estandarte al gobernador del Distrito R.

En el período 1977-78, Lugo Silva desempeñó funciones como director de la junta directiva de la Asociación. Quisimos entonces, y lo sugerimos sin éxito, que se le invitara como orador oficial, representante de la junta directiva internacional de la Asociación, a la Convención de 1978. El gobernador Calixto Mallén decidió, conforme la potestad de su investidura, invitar al director mexicano Octavio López Arvizu. Talvez el gobernador Mallén temía que la presencia de Lugo Silva en esa oportunidad influyera en favor de la candidatura 1978-79, sustentada por el Club de Leones Naco en la persona de Francisco Izquierdo López, la cual tenía a su alrededor a los líderes amigos de Lugo Silva desde 1964. Justo es que se diga, que la candidatura de Mallén para gobernador no fue apoyada por Naco, que prefirió respaldar al candidato Miguel Torres Petitión, del Club Ozama. Izquierdo López resultó ganador.

La presencia de Lugo Silva fue familiar en la convención anual del Leonismo local, en la Conferencia de Otoño y la instalación del gabinete. Curiosamente, por lo que parece haber sido un descuido, nadie pensó nunca en cubrirle gastos de pasaje y hospedaje aquí, que siempre los cubría el distinguido visitante. Casi abstemio, pues no pasaba de una pequeña de cerveza nacional, disfrutaba las fiestas principalmente por la música. Se ha dicho que no gozó el baile del gobernador en una convención de los años 70, porque dedicó toda la noche, junto con un león de aquí, a persuadir y convencer a alguien de que abandonara el propósito de armar un desorden de gran magnitud en medio de la fiesta.

Pudo ser muy tarde mayor 1993, cuando escribimos que «lugo Silva no debía pagar en este Distrito nada de nada. Nada».

El Folac celebrado aquí hace poco, «versión en pequeño de la Convención Internacional», fue propicio para que se formulara, como en efecto, varias ofrendas en su honor. Para entonces, ya Enrique Lugo Silva dormía la siesta definitiva.

Hay una deuda de gratitud perenne del Leonismo nacional con ese dignatario de probadas simpatías dedicación y afectos al Distrito R, que debiera ser honrada. Estas líneas son nuestro humilde testimonio de recordación.

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