A lo largo de una trayectoria creadora y productiva que traspasa las cuatro décadas, Enriquillo Amiama (1962), experimenta con distintas técnicas, estilos, recursos, medios y temáticas, durante el laborioso proceso de construcción de unas narrativas y/o mitologías visuales personales, polisintéticas, sofisticadas y poderosamente sugestivas que le reafirman como uno de los artistas dominicanos más innovadores, notables y respetados de las últimas cinco décadas.

Realidad, hiperrealidad, ilusión, virtualidad, ficción y las mismas mutaciones procesuales del arte y la cultura visual de la modernidad y la posmodernidad, devienen territorios nutritivos en la poética pictórica de Enriquillo Amiama, fabulador y transmutador de escenarios naturales; objetos fácticos; situaciones y espacios humanos; tendencias culturales y/o expresiones estéticas que confronta a piel y alma.

Porque Enriquillo sale a la vida creativamente y en la vida encuentra a cada instante las razones y brechas de la imaginación que le devuelven al ritual cotidiano y consagratorio de su taller.
La constante vital y artística más característica de Enriquillo Amiama es la tentativa innovadora.

En su caso, el proceso creador y su misma vigilia ante las dulces añagazas del mercado, resultan de una persistencia experimental rigurosa y una disposición emocional obsesiva hacia la autorevisión.

A diferencias de muchos de nuestros grandes pintores, Enriquillo Amiama no trabaja por series. Cada obra es distinta y es asimismo un reinicio que le resitúa perplejamente ante la tela blanca, el hallazgo presentido y el nuevo comienzo.

La riqueza plástica y metafórica que activa la obra pictórica reciente de Enriquillo Amiama, también se me revelan como evidencia cristalina del instante paroxístico que alcanza la constante hipermimética del arte moderno y contemporáneo en Santo Domingo a través de las distintas producciones de una serie de artistas fundamentales de la “Generación de los 80s” y de la cual él mismo resulta uno de sus paradigmáticos y más exitosos representantes.

En Santo Domingo, constante hipermimética y posmodernidad, camuflan su revoltoso escapulario: “anything goes”-todo se vale- y más aún en los seminales y metamórficos dominios de los signos y las imágenes.

Así, creatividad; imaginación intuitiva; sensibilidad poética y una admirable capacidad de apropiación, fusión y transmutación de discursos, medios, recursos y procesos estéticos, serán los resortes clave con que Enriquillo Amiama logre franquear las puertas de la percepción, emergiendo, entregándose, resistiendo y renovándose desde la libertad y la lucidez, en sus inicios como extasiado baquiano del posmodernismo artístico local y en su brillante madurez como revitalizador de la práctica pictórica en Santo Domingo.

Luego, a la hora de una lectura despejada del progresivo trayecto evolutivo de Enriquillo Amiama, sería de rigor seguir los apuntes de Bélgica Rodríguez, quien hace una década precisaba: “Enriquillo Amiama, fusiona elementos característicos del simbolismo, la abstracción, el hiperrealismo, así como de iconografías emblemáticas de artistas reconocidos. A partir de la reutilización de estéticas anacrónicas, de la apropiación y el parafraseo, ha creado un estilo propio que podría definirse como un nuevo arte pop, cuya temática y concepto los expresa en pintura, instalaciones, vídeos, arte digital y más al hoy, utilizando el medio “facebook” como sustancia plástica”…

La respetada historiadora y especialista venezolana se refería a “My Facebook Project”, propuesta desarrollada a partir del 2009 y basada recursivamente en las redes sociales como causas y soportes creacionales que llamaría especialmente la atención en el plano internacional y a través de la cual Enriquillo Amiama resetea, renueva y expande su capital simbólico, incorporando nuevas técnicas creativas, recursos y elementos visuales de notable efectividad expresiva, gracias a su lúcida y lúdica conexión con la tecnología digital y las redes sociales.

Así, después de doce años sin exponer individualmente en el país por sus múltiples compromisos en Francia, Inglaterra, Alemania, Corea del Sur y Washington, D.C, Enriquillo Amiama, vuelve a dar muestra elocuente de su imparable y distintivo ímpetu innovador con el impactante cuerpo de obras de su XXI exposición individual. Bajo el título“My Facebook Project. Reencuentro. Historias de Instagram”, dicha muestra está conformada por más de 30 obras pictóricas, ejecutadas entre los años 2008 y 2020, la mayoría de las cuales forman parte de importantes colecciones privadas del país y el exterior.

En esta muestra, pautada como actividad central en el marco de la celebración del 58 Aniversario del Colegio Dominicano de Ingenieros y Arquitectos (CODIA), Enriquillo Amiama nos presenta escenarios mixtificados, bodegones, retratos, paisajes y abstracciones, ensayando unas fusiones estilísticas que van desde el hiperrealismo y el expresionismo abstracto hasta el conceptualismo, nutridas con elementos Pop de factura íntima; apropiaciones de artistas icónicos como Matisse, Andy Warhol y Jasper Johns y hasta sorpresivos aportes creativos originales y combinados de Sara y Luís Enrique, hijos de Enriquillo.