ENSAYO
Marrero Aristy creyó   Trujillo traería la paz 

<P>ENSAYO<BR>Marrero Aristy creyó   Trujillo traería la paz </P>

EDWIN DISLA
En el año 1930 el brigadier Rafael Leonidas Trujillo aprovechó las protestas generadas contra el presidente  Horacio Vásquez porque pretendía mantenerse en el poder inconstitucionalmente por dos años más y las utilizó como pretexto para asumir la presidencia de la república por medio de un golpe de Estado disfrazado después de unas elecciones generales.

 Decenas de pequeños burgueses de limitadísimas entradas económicas y oportunidades de ascenso social, como Marrero Aristy, vieron el cambio con ojos esperanzadores. “Quizás la nación se encamine, al fin, hacia el progreso”, pensaron, pues la gestión horacista, retornadora de las intranquilidades, había diezmado el optimismo de los intelectuales.

El escritor en ciernes que continuaba enviando sus escritos a los periódicos, se enteró que sus cuentos se habían publicado con éxito en el diario La Opinión, de Santo Domingo, y de inmediato se presentó ante el redactor principal, Manuel Antonio Amiama, y le pidió un empleo. Manuel Antonio Amiama, licenciado en derecho, quien llegaría a ser presidente de la Suprema Corte de Justicia en 1962 y escribiría la importante novela El Terrateniente, lo complació y posteriormente se convertiría en su mentor, amigo y corrector.

Marrero Aristy se movía en calzoncillos entre las maquinarias del periódico porque sólo tenía un pantalón al que había que conservar, y en las horas libres continuaba escribiendo y estudiando. Igual que a Hemingway, no le atraían los movimientos literarios por lo que no se acercaría ni al postumismo de Moreno Jiménez ni al Paladión de Francisco Prats Ramírez ni al Plus-Ultra de Manuel Arturo Peña Batlle ni al intentado por Manuel Zacarías Espinal que se ha llamado Vedrinismo, el cual erróneamente se ha señalado a Vigil Díaz como su fundador.

Con apenas veinte años, ya habiendo terminado el bachillerato, Marrero Aristy publicó su primer libro titulado Perfiles Agrestes en el mes de agosto del año 1933. En la introducción dijo, el que lea la obra, quizás no halle nada perfecto, si solo atiende a su forma, pero si en cambio, busca su fondo, hallará algo muy nuestro. En efecto, el libro, dividido en los capítulos Tipos Dominicanos, Costumbre Dominicana, Tres Poemas y Cuentos Dominicanos, resume el cuerpo y el alma del quisqueyano de la época. Emilio Rodríguez Demorizi en una carta que le envió el 20 de febrero de 1934, observó en los cuentos de Marrero, como en los de Bosch, cierta inclinación al dramatismo, y afirmó que la característica del cuento dominicano es la indefinida resultancia del estudio psicológico del campesino, mezcla de astucia y de valor, honor y doblez. “De la feliz interpretación de ese temperamento saldrá el cuento criollo perfecto: fácil empresa para usted, en cuyo libro hay bellas muestras de su definitiva vocación literaria.”

Los cuentos de Bosch referidos por Demorizi son los contenidos en Camino Real, su primer libro publicado en el mes de noviembre de 1933. Bosch, que sería el precursor de la narrativa social moderna dominicana y uno de los más grandes pensadores políticos, impactó positivamente, más que ningún otro escritor, en la sociedad cultural dominicana porque además de su enorme talento, contó con la asesoría de Pedro Henríquez Ureña, quien lo introdujo en la literatura de Horacio Quiroga y Guy Maupassant. José Rijo diría: “A partir de entonces, nosotros los aspirantes a cuentistas, queríamos escribir como Bosch”. Marrero Aristy también admiraba a Bosch, y en Perfiles Agrestes, en el capítulo Cuentos Dominicanos, le dedicó el titulado Zafra, que reseñaba la vida de una mujer adúltera dentro del batey del ingenio.

Respecto a su carrera periodística, de La Opinión Marrero Aristy pasó al Listín Diario y luego a La Nación, donde sería ascendido a redactor jefe. En esos años estudiaría, inconclusamente, filosofía y letras en la Universidad de Santo Domingo y aprendería de forma autodidacta, inglés y francés. En 1936, su condiscípulo Juan Bosch impactó aún más a la sociedad cultural con la publicación de la novela La Mañosa. En lo que iba de siglo, solo La Sangre (1914) de Tulio M. Cestero podía compararse en calidad con La Mañosa. El éxito de esta obra motivó a Marrero Aristy a publicar una recopilación de sus cuentos con el título de Balsié, Narraciones, Estampas y Cuentos, y continuó con su proyecto novelístico. Acerca de Balsié, que contenía el sello del costumbrismo rural marreriano, Virgilio Díaz Ordóñez afirmó que era el libro más dominicano que había leído, y el novelista español Eduardo Zamacois, a quien Marrero Aristy le había mandado un ejemplar de la obra, le aconsejó salir del país, pues “un artista como usted no merece vivir en Santo Domingo. Ahí no tiene usted, espacio para volar”. Para su desgracia posterior, Marrero Aristy no le haría caso, contrario a Bosch, que el mismo año de la publicación  de Balsié (1938), sorprendería a Marrero Aristy yéndose al exilio precisamente por no tener oportunidad en el país de desarrollarse como escritor, aunque después añadiría la razón del patriotismo.

En síntesis

Costumbrismo rural marreriano

Con apenas veinte años Marrero Aristy publicó su primer libro titulado Perfiles Agrestes en 1933 y sobre su obra “Balsié, narraciones, estampas y cuentos”  Virgilio Díaz Ordóñez llegó a decir que era el libro más dominicano que había leído. Fue en 1939 cuando concluyó Over, que originalmente iba a aparecer con el nombre de  “La Bodega”.

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