ENSAYO
Marrero Aristy publica
Over con aprobación unánime

<P><STRONG>ENSAYO<BR></STRONG>Marrero Aristy publica<BR>Over con aprobación unánime</P>

EDWIN DISLA
Ramón Marrero Arristy Concluyo en  1939 su proyecto Over, novela  que originalmente tituló La Bodega, pero su profesor, Teófilo Hernández, a quien en Perfiles Agrestes, en la parte Tipos Dominicanos, le dedicó el llamado El Maestro Rural, le recomendó cambiarlo porque coincidía con el título de una novela de Vicente Blasco Ibáñez.

Entonces lo bautizó con el nombre de Over. Uno de sus aciertos fue elegir como narrador de la obra a la primera persona, pues como contenía pasajes de su vida, la verosimilitud del texto aumentó considerablemente.

Por medio a Daniel Comprés, narrador/protagonista y bodeguero del central, Marrero Aristy le hace una autopsia crítica al ingenio de propiedad norteamericana donde trabajó; y denuncia su sistema monopólico de explotación basado en una súper plusvalía o robo desenfrenado, el cual además provoca la quiebra de los comerciantes ubicados en la región azucarera.

 En la medida que el lector avanza en la novela, su identificación con Daniel Comprés y los otros explotados se va multiplicando hasta alcanzar un punto infinito; se va identificando con un Daniel Comprés que se ve obligado a robarles a los obreros a través del over porque debe pagar la parte que le sustrae el ingenio; con un Daniel Comprés que guiado por su sentido de justicia se rebela contra la compañía y llega al extremo (lo cual es el único pasaje que nos parece incierto) de gritarle a los proletarios, “ardiendo en indignación:

-¡Marchen de aquí! ¡Pídanle tierra al gobierno o róbenla! … ¡No vuelvan más!”

Persistiendo en su actitud rebelde, Daniel Comprés termina siendo vencido por el central e intenta, sin éxito, conseguir otro trabajo. Frustrado, inmerso en la miseria, rechazado por su esposa y familiares, acaba convirtiéndose en un parásito y empieza a vagar sin rumbo…

A diferencia de Bosch en La Mañosa, Marrero Aristy escribió su Over teniendo plena consciencia del riesgo que corría publicándola bajo la dictadura. Por esta razón, aunque ataca al capitalismo y al sistema de explotación norteamericano, no ubica la novela en un tiempo específico ni interrelaciona los personajes con la historia. Trujillo, que siempre ambicionó los consorcios azucareros yanquis, vio con agrado el desenmascaramiento que le hizo Marrero Aristy.

 Extrañamente, éste ni se percató de la grandeza de su obra ni de su potencial como narrador. Bosch sí se percató: en la revista Carteles, de La Habana afirmó: “Ramón Marrero Aristy (…) tiene un amplio porvenir en las letras dominicanas, quizás más que la mayoría de los jóvenes escritores de su generación en el continente.”

En el país, Over tuvo una acogida unánime por el público, y Trujillo, dándole continuidad a su táctica de comprometer con su dictadura a todo el que se destacaba, lo nombró Subsecretario de Estado de Trabajo y Economía Nacional. Marrero Aristy aceptó con agrado el nombramiento, renunciando así a su futuro literario y entrando en un sistema de explotación más malvado y cruel que el del ingenio de Over.

Lo primero que le demostró Marrero Aristy al déspota fueron sus grandes dotes de mediador, pues le solucionó una huelga de los trabajadores azucareros que se le había hecho imposible quebrar al general Federico Fiallo. Después actuó como intermediario exitoso entre el gobierno y el exilio en Cuba, haciéndole creer a estos que se implementarían ciertas libertades civiles en el país, las cuales en verdad Trujillo concedería tácticamente por las presiones de Washington y autorizaría la formación del Partido Socialista Popular. Luego lo descabezaría con la violencia característica.

En los meses de su intermediación, Marrero Aristy compartió en actos con miembros del movimiento comunista cubano y con Mauricio Báez, representando a la Confederación de Trabajadores Dominicanos. En sus intervenciones (lógicamente magnificando las obras del jefe), el autor de Perfiles Agrestes demostró poseer una oratoria persuasiva, llana y emotiva, cualidades desarrolladas en él gracias a su antigua labor de predicador evangélico.

Adicional a estas cualidades e inteligencia natural, sobresalieron en él el magnetismo de líder, la apariencia de libre pensador de ideas avanzadas, valentía y accionar generoso, virtudes que lo proyectaban como el hombre ideal para sustituir a Trujillo y reestablecer la democracia. Así lo vieron los envidiosos del Palacio encabezados por Johnny Abbes, jefe del Servicio de Inteligencia  Militar (SIM), quienes comenzaron a intrigar contra él.

El Jefe de Estado, agradecido por el dinamismo y buen desempeño de Marrero Aristy, quien incluso había publicado la apología Trujillo, Síntesis de su Vida y Obra, lo nombró diputado al Congreso Nacional por Azua en 1948; por el Seybo en 1950 y por Santo Domingo en 1954.

Ese año, él consiguió la orden de escribir la historia oficial dominicana; orden que había empezado a ejecutar Américo Lugo, pero en 1936 se negó abarcar la Era de Trujillo para no convertirse en el historiador oficial del déspota. Con el esmero acostumbrado, Marrero Aristy terminó el primer tomo en 1957, y lo tituló: La República Dominicana: Origen y Destino del Pueblo Cristiano más Antiguo de América.

En él narra la historia del país desde el descubrimiento de América (1492) hasta la anexión de la República a España (1861). Como la dictadura no estaba incluida, Marrero Aristy analizó los hechos con aparente libertad de pensamiento, enmarcado, eso sí, dentro de los lineamientos sociológicos del mentor del trujillismo, Manuel Arturo Peña Batlle.

En una ocasión le dijo a éste: “Tú tienes razón, Chilo, cuando defiendes la raíz hispánica, la práctica católica y el enfrentamiento a la acción desnacionalizante del haitiano, como medio de nutrir la sustancia nacional”.  El mismo pensamiento primó en el segundo tomo, el cual, terminado cinco meses después del primero, finaliza en el tercer gobierno de Horacio Vásquez, en 1930.

Asimismo, inició la redacción de una nueva novela, la cual titularía El Camión Rojo. Según algunos miembros de la Poesía Sorprendida, a quienes Marrero Aristy les leería pasajes de la novela, ésta describe cómo un camión rojo se despeña en El Número, de Azua, en forma parecida a lo que ocurriría en su asesinato. ¡Vaya premonición de su muerte!

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