Enseñando a vivir con diabetes

Enseñando a vivir con diabetes

A José Abreu aún se le nubla el rostro al recordar la tarde  en que supo que su hija María José es diabética. Sólo tiene siete años. Pero le conforta saber que su pequeña está siendo educada para llevar un estilo de vida saludable y ser feliz, a pesar de su condición. Esto es posible gracias al apoyo del Instituto Nacional de Diabetes, Endocrinología y Nutrición (INDEN/ Hospital Escuela Dr. Jorge Abraham Hazoury Bahles), que le incluyó en uno de los campamentos que organiza durante el año para los niños que recientemente han sido diagnosticados con el trastorno.

Esta es la primera vez que María José asiste, pero ya muchos niños han pasado por este campamento que se realiza desde principios de los años 80. El doctor Ammar Ibrahim, director general del INDEN, comentó: “Los primeros campamentos que se hicieron aquí, en el país, fueron  con el doctor Hazoury, fundador del hospital, porque los niños son la parte social más sensible, es más traumático para los papás y para un niño cuando un pequeño se conoce como diabético. El  motivo de esos proyectos es enseñarles a los niños que la diabetes es una condición de vida, no es un castigo”.

Para lograrlo, varias veces al año organizan un campamento de dos a tres días para  un grupo de 10 a 15 niños con diagnóstico reciente, conformado según sus edades. En él ofrecen  actividades educativas y lúdicas dirigidas a prevenir las complicaciones de la diabetes.

Muchas veces, los niños pueden tener un ejemplo del éxito de estos cuidados en la vida real. “Hace dos años tuvimos  con nosotros una señora de Uruguay de casi 70 años, que  tenía en aquel tiempo 56 años siendo diabética sin ninguna complicación”, dijo Ibrahim.

Como la diabetes cambia la vida de las personas alrededor del paciente, los padres o tutores, y a veces hermanos de estos niños, también participan en el campamento.

 “Van a estar como en su casa por dos días, pero  supervisados por personal calificado para que no hagan ninguna cosa incorrecta contra su diabetes. Hay una piscina, un área con camas donde van a dormir… tendrán tiempo libre para ir a la piscina, para hacer sus manualidades, como cualquier niño que tiene 3 días de vacaciones”, explicó el especialista.

La rutina sana. El día comienza tempranito para los niños en el campamento. Luego de una oración, deben recibir su inyección de insulina antes del desayuno, la cual es indispensable para  que su cuerpo asimile la glucosa y proporcione energía a su organismo.

 En lo adelante, actividades recreativas se alternarán con charlas a cargo de especialistas que les enseñarán de forma divertida, pero realista, qué están enfrentando con esta enfermedad.

Ibrahim expuso que a esos niños “les enseñamos el tipo de dieta correcta para ellos.  Por eso la charla de los psiquiatras y psicólogos es algo importante, para que cuando vayan a un cumpleaños, si quieren probar un dulce sepan que pueden probarlo, pero no comer un pedazo grande, como un niño sano. Hay endocrinólogos diabetólogos, endocrinólogos pediátricos, diabetólogos, odontólogos, educadores en diabetes, cardiólogos, personal de conducta…, casi todas las especialidades”.

Cómo participar. Todo el tratamiento médico y las medicinas de estos niños son provistos gratuitamente por el INDEN. Para ser parte del programa, los padres pueden acercarse al departamento pediátrico “Insu y Lina” y recibir información.  

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