TAMBORIL. Al cumplirse los nueve días de la muerte del empresario tamborileño radicado en New York, Vinicio Espaillat Germosén y al no ofrecer la Policía Nacional ningún esclarecimiento del caso, la comunidad volvió a protestar e incendió neumáticos y entaponó las calles.
Anoche, todo el pueblo se lanzó a las calles en protesta por la negligencia policial. Antes se realizó una misa novenaria en la Iglesia San Rafael y en horas de la noche, frente al parque se escucharon varios disparos, pero nadie resultó herido.
Durante estos nueves días hemos protestado de forma tranquila, colocando velas en todas las calzadas, pero estamos cansados de que nos mientan y decididos a seguir porque esta muerte no va a quedar impune, dijo Luis Martínez.
Caldeados. Moradores cerraron varias calles para impedir el paso de vehículos, quemaron gomas y motivaron que decenas de establecimientos comerciales no abrieran.
Desde la muerte de Espaillat Germosén, vecinos y familiares se mantienen unidos y tratan de que el homicidio no quede impune, por lo que exigen que se haga justicia.
Estamos vigilantes y esto es una manifestación para denunciar que el hombre murió a manos de agentes del escuadrón Swat de la Policía y ellos no han querido aceptar la realidad. Nosotros los tamborileños que vivimos en el exterior y que conocimos a Vinicio estamos indignados por la forma en que este ciudadano ejemplar encontró la muerte, indicó Dagoberto López, quien representa a la comunidad tamborileña en New York y vino al país tras la muerte de Espaillat.
Medidas
Debido a los disturbios, la Policía emprendió algunas medidas preventivas de seguridad en el cuartel local, pero estas no han detenido las protestas.
Según testigos, Espaillat Germosén fue apaleado por los agentes, quienes le destrozaron la cabeza, además de que el cadáver tenía varias heridas de bala.
Una parada cívica
Navarrete
Con una parada cívica organizada por las organizaciones Falpo-Colupona, moradores del municipio de Navarrete reclamaron de las autoridades resolver las misma problemáticas que nunca han sido resueltas como agua, energía eléctrica y otras reivindicaciones sociales.
Con pancartas, amas de casa, motoconchistas y otros vecinos, se unieron a esta protesta que aunque con vigilancia policial, mantuvo el orden y la cordura, en los tres puntos donde se instalaron, la calle Santiago, El Túnel y en la entrada de la ciudad.
Martín Hernández, vocero de las organizaciones, dijo que la lucha no parará y que urgentemente el pueblo quiere luz y agua y que los barrios tengan calzadas dignas por donde caminar.
El programa de asfalto sigue parado y de igual manera los acueductos de Estancia del Yaque, Guanábano, Cañada Bonita y el Túnel, insistió.