La música es para el niño o la niña la forma más sensible de manifestarse, porque a través del movimiento, el canto y el juego, que son las actividades más agradables, ellos se convierten en creadores e intérpretes activos.
Así lo entiende la profesora Farida Diná, fundadora y directora del Estudio Diná de Educación Musical, quien confiesa a Tinmarín que la experiencia con esa población a lo largo de 25 años ha sido maravillosa.
Explica que la música expande las orientaciones intelectuales y aunque todos los alumnos no terminen siendo profesionales en la materia, adquieren una mayor memorización, concentración y equilibrio mental.
Además, continúa diciendo: Son más inteligentes, su cerebro se desarrolla más, y son más sensibles cultural y espiritualmente.
El centro, ubicado en la calle Ramón.
Santana, de Gascue, que además de la juvenil y adulta, tiene una población infantil de unos 130 alumnos que recibe educación musical especializada en diferentes instrumentos, como piano, flauta y violín, entre otros.
Los niveles que ofrece Estudio Diná son los siguientes: Iniciación, Preparatoria, Elemental e Intermedio, que cuando concluye el alumno obtiene el título de Profesor.
Tinmarín quiso también escuchar de labios de los propios niños y niñas sus motivaciones y expectativas con relación a sus estudios musicales y aquí están las respuestas ofrecidas por ellos(as).