Entierran primera víctima de accidente aéreo ruso en Egipto

Entierran primera víctima de accidente aéreo ruso en Egipto

VELIKY NOVGOROD, Rusia. La primera de las víctimas mortales del accidente de un avión ruso en Egipto el pasado sábado fue enterrada el jueves tras un funeral en una iglesia medieval de una ciudad en el norte de Rusia.    En Londres, el primer ministro británico David Cameron declaró el jueves que “lo más probable” es que la caída del avión fue causada por una bomba.

Gran Bretaña prohibió todos los vuelos sobre la Península del Sinaí el miércoles, lo que dejó varados a miles de turistas británicos.    Cameron, en su residencia oficial del Número 10 de la Calle Downing, dijo que sentía “gran solidaridad” con los egipcios, que dependen mucho del turismo pero que “mi prioridad es la seguridad del pueblo británico”.    Añadió que en Gran Bretaña no tienen la certeza de que se trató de una bomba, pero “es una fuerte posibilidad”.    Añadió que luego llamaría al presidente ruso Vladimir Putin para hablar del asunto.

El avión de la aerolínea rusa Metrojet se estrelló en la península del Sinaí mientras volaba desde Sharm el-Sheij, en el mar Rojo, a San Petersburgo. Las 224 personas que iban a bordo, en su inmensa mayoría ciudadanos rusos que regresaban de sus vacaciones, fallecieron.

El dolor se ha instalado en San Petersburgo y en sus suburbios y sus residentes siguen depositando flores, velas y aviones de papel en la plaza principal de la ciudad y en el aeropuerto donde tenía que haber aterrizado el avión de Metrojet.    En la ciudad de Veliky Novgorod, a unos 160 kilómetros (100 millas) al sur de San Petersburgo, familiares y amigos despidieron el jueves a Nina Lushchenko, la primera víctima del siniestro que recibe sepultura. El funeral se celebró en una iglesia del siglo XVI con vistas al río Voljov.

Lushchenko, de 60 años, trabajó durante toda su vida en un comedor escolar y fue recordada como una buena madre y abuela. Su hija dijo a la televisora rusa LifeNews a principios de esta semana que Lushchenko había considerado llevar a su nieta de vacaciones con ella pero que luego decidió no hacerlo.    Funcionarios rusos rechazaron pronunciarse sobre la causa del accidente, citando la investigación en marcha.

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