Cerca de un diez por ciento de la población tiene algún tipo de trastorno mental y un 75 por ciento requiere de atención médica, siendo el suicidio en los jóvenes el problema de salud mental más generalizado, de acuerdo con las informaciones de las autoridades de Salud Pública del país.
Vinculado a eso, la Asociación de Psiquiatras Egresadas de Residencias Dominicanas establece que un 70 por ciento de los adictos a drogas padecen de trastornos mentales. Las adicciones producen trastornos o al revés, las personas angustiadas y desesperadas por sus trastornos recurren entonces al consumo de drogas.
Piensan equivocadamente esos perturbados o adictos que podrían encontrar la salida a su desesperación, a su ansiedad y a su depresión por medio del consumo de sustancias nocivas. Y se vuelve entonces la situación en un círculo vicioso, del cual es difícil salir.
Pero para los que tienen fe en Dios y en Jesucristo, sí es posible encontrar una salida. No hay que recurrir a medicamentos ni siquiera a psiquiatras. No piensen que deseo dejarlos sin empleos. Pero la verdad bíblica es la siguiente y se encuentra en Mateo 11:28-30, que dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Jesucristo nos ofrece el reposo y el descanso que el alma necesita. Solo hay que aceptarlo de corazón, y andar con él, siempre con su presencia. No importa el problema, para Dios no hay nada imposible.
Según los psiquiatras, la depresión, la ansiedad, la hiperactividad, el déficit de atención, inducen a las personas al consumo de drogas.
La verdad es que si descansamos en el Señor Jesús, y permitimos que el Espíritu Santo obre en nuestra vida desaparecen los trastornos mentales, la ansiedad, los vacíos existenciales y toda dolencia.
Mateo 4:24 lo dice así: Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.
Dios es el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Solo hay que tener fe.
El salmo 103:3 también expresa: Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.
Y Salud Pública no necesita invertir un centavo. Ni ningún otro departamento del Gobierno. Solo hay que propiciar una oración de limpieza espiritual y del corazón. Perdonar a los que nos maldicen y orar por ellos. Y así, entrará al reposo de Dios.