MOSCU, Feb 6 (AFP) – Entre 30 y 50 personas murieron, según las fuentes, y otras 100 resultaron heridas el viernes de mañana en el metro de Moscú, donde se registró una violenta explosión que la policía atribuyó a un atentado con bomba cometido durante una hora de gran actividad.
El ministerio de Situaciones de Emergencia había anunciado un balance de 40 muertos y cerca de un centenar de heridos, según la agencia Interfax.
El presidente ruso Vladimir Putin pidió a la comunidad internacional unión para combatir al terrorismo, «esta peste del siglo XXI».
Un funcionario no identificado del ministerio de Situaciones de Emergencia había declarado poco antes a la agencia Itar-Tass que el número de muertos podría llegar a 50.
«Según informaciones preliminares, 30 personas murieron», afirmó Alexander Chekalin, viceministro del Interior, quien asumió la dirección de la célula de crisis.
«Unas 100 personas resultaron heridas», afirmó el portavoz del ministerio de Situaciones de Emergencia.
El balance del atentado con explosivo perpetrado el viernes por la mañana en el metro de Moscú podría alcanzar hasta 50 muertos, declararon miembros de los servicios de urgencia, citados por la agencia Itar-Tass.
«Hay fragmentos de cuerpos, de modo que el número de muertos podría cambiar», dijo un responsable no identificado del ministerio de Situaciones de Emergencia a Interfax. «Estamos verificando el número de muertos y heridos», agregó.
«Es un atentado», sostuvo el portavoz de la policía de Moscú, Kirill Mazurin, quien se encontraba en el lugar del drama. Añadió que una carga explosiva equivalente a un kilo de TNT «se encontraba probablemente en poder de un terrorista kamikaze».
«No se excluye que la explosión de hoy sea uno de los eslabones de toda una serie de atentados ocurridos en Rusia en el último año», declaró a la agencia Itar-Tass una fuente del ministerio del Interior, refiriéndose a «la pista wahhabita» (corriente radical del islam).
La explosión que se produjo a las 08H40 locales (05H40 GMT), a una hora de gran circulación, en el segundo vagón de un metro que se encontraba en el túnel entre Avtozavodskaya y Paveletskaya, dos estaciones del sudoeste de Moscú.
Fuera de la estación Avtozavodskaya, la más cercana al lugar donde se produjo la deflagración, reinaba el caos mientras padres desesperados buscaban a sus hijos.
«¡Mi hija está allí!, gritaba una y otra vez una madre de unos 50 años, con el cabello enmarañado y el rostro cubierto de lágrimas.
«Los vimos sacar cadáveres y heridos cubiertos de sangre», dijo Lena, que trabaja en un comercio de venta de alimentos a unos 100 metros de la estación.
Poco después de la explosión «un hombre vino al negocio, temblaba y estaba bañado de sangre. Me dijo ‘dame una vodka'», declaró la empleada.
«Nos dijo que vio brazos y piernas diseminados en el vagón. Afirmó que fue una carnicería sangrienta», agregó Lena.
Anna Kolmikova, de 51 años, que se encontraba en uno de los vagones, afirmó que «el tren estaba lleno».
«Se escuchó una explosión y súbitamente todo se llenó de humo. Las puertas del vagón se abrieron y la gente comenzó a correr hacia el túnel y a caminar hacia la estación», añadió.
Más de 700 supervivientes, en su mayor parte moscovitas que se dirigían al trabajo, habían sido evacuados del metro unas dos horas después de la deflagración.
Se incrementaron las medidas de seguridad alrededor del metro de Moscú, que tiene más de 160 estaciones en una ciudad de unos 10 millones de habitantes. Una medida similar fue tomada en la segunda ciudad de Rusia, San Petersburgo, indicaron responsables.
Insurgentes de Chechenia, donde los separatistas combaten contra las tropas rusas desde hace más de cuatro años, han llevado a cabo atentados suicidas en Rusia en forma cada vez más frecuente durante el último año.
El último ataque adjudicado a guerrilleros chechenos dejó siete muertos, incluyendo a una mujer kamikaze, y 14 heridos, el 9 de diciembre frente al Hotel Nacional, en Moscú, a poca distancia del Kremlin. El 5 de julio, un doble atentado suicida perpetrado por al menos una chechena dejó unos 20 muertos durante un concierto de rock.