Entre dim sums y pancakes

Entre dim sums y pancakes

El primero de octubre comenzará a operar la Corporación Financiera Internacional Norteamericana, la cual sustituye a la antigua OPIC y al Eximbank. Su declarado propósito es competir con los préstamos chinos en el mundo subdesarrollado, pues lo dice claramente: “Ayudará a los países evitar trampas de deudas opacas e insostenibles que están siendo colocadas por Beijing a través del mundo subdesarrollado”. La rápida respuesta china a ese reto puede encontrarse en la página web de la embajada China en Santo Domingo: “frente a la guerra comercial lanzada por los Estados Unidos, el gobierno chino tiene una posición clara: no quiere, pero no teme pelear”. Los dimes y diretes recientes entre los dos embajadores en Santo Domingo reflejan esta lucha por el mercado y los préstamos dominicanos. El jefe de la nueva OPIC ya vino a nuestro país y visitó a nuestro presidente acompañado por la embajadora Bernstein.
La posición del presidente Trump ha sido mucho más agresiva, al declarar que negociará ahora con los chinos, pero que una vez gane las elecciones del 2020 negociará de nuevo, pero en base a posiciones mucho más duras. Esta imprudente cita adelanta que la verdadera negociación será el año que viene, no ahora, y probablemente tiene un propósito político: ir preparando a la opinión pública norteamericana para que respalde una posición republicana de que los demócratas estarán ayudando a los chinos para que estos influyan en las próximas elecciones a favor de los demócratas, para así evitar tener que seguir negociando con Trump. En el 2016 fueron los rusos quienes influyeron a favor de los republicanos y ahora serían los chinos a favor de los demócratas.
El pleito es más que comercial, pues busca determinar quién controlará la alta tecnología en el mundo, incluyendo la militar y la inteligencia artificial. Felipe González, el socialista ex jefe de Estado español, declaró recientemente que no solo el capitalismo se está autodestruyendo, a través del empeoramiento en la distribución del ingreso (por ejemplo, la reducción de los impuestos a los ricos por parte de Trump) y con el auspicio de desencuentros internacionales al Estados Unidos no firmar acuerdos internacionales y violar los existentes, sino que estamos enfrentando “un nuevo choque tectónico” entre la gran potencia emergente China, y Estados Unidos. Es cuestión de impedir que los chinos sigan robando tecnología norteamericana y “los grandes datos” que constituyen el activo contemporáneo más importante de cualquier nación y que lo hagan a través de empresas como Huawei quien supuestamente los transfieren a los servicios de inteligencia chinos. También implica determinar cuál de esos dos países contarán con las mejores tecnologías para sus aviones y barcos de guerra.
En el caso dominicano el pleito es mucho más modesto. Se habla de un préstamo chino por US$600 millones para que Edenorte, Edesur y Edeste puedan reducir la proporción de sus ventas que no cobran, hoy día más de un 25%, lográndolo a través de la colocación de medidores de luz inteligentes. ¿Será este un crédito de un suplidor chino, o será a través de un concurso internacional para que coticen chinos, japoneses, americanos y europeos, ofreciendo sus propias fuentes de financiamiento?
En el reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reiteró que el gobierno de Danilo Medina hará una licitación internacional para vender un 50% de las acciones de las plantas de carbón de Catalina. ¿Concurrirán chinos y americanos? Ya los del norte son dueños del 50% de otra planta de carbón, la de Itabo y posee casi la totalidad del capital de la planta de gas natural de AES. Los chinos perdieron frente a Odebrecht en el muy polémico concurso para la construcción de Catalina. Hasta los años setenta del siglo pasado la totalidad de los préstamos de la CDEEE eran americanos y financiados por el Eximbank.
¿Qué opinarán Gonzalo Castillo, Leonel Fernández y Luis Abinader sobre este tema chino? ¿Habrá debates entre ellos, o tan solo folklóricos spots, a ritmo de merengue y de gran alegría, pero que realmente no indiquen las intenciones de estos candidatos?

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