MIGUEL CEARA-HATTON
No hay argumento alguno, ni en teoría económica ni en derecho ni en lo que es práctica, uso y costumbre del comercio internacional; que obligue a un país a otorgarle libre acceso a un producto de otro país que sea subsidiado o esté elaborado con materia prima subsidiada. Por el contrario, en teoría económica, en derecho y en lo que es práctica, uso y costumbre del comercio internacional; la venta de un producto por debajo de su precio de mercado como consecuencia de un subsidio directo o de ser elaborado con materia prima subsidiada se le llama «dumping».

Cuando se reduce artificialmente el precio de un producto (dumping), como resultado de un subsidio, el país importador de ese producto tiene derecho a protegerse a través de instrumentos de defensa comercial, principio que está reconocido en teoría económica, en del derecho internacional comercial y en lo que es práctica uso y costumbre del comercio internacional.

El maíz en los EEUU es un producto subsidiado y el sirop de maíz es un producto hecho con materia prima subsidiada. Es interesante observar que EEUU en el caso del sirop de maíz no ha utilizado argumentos de teoría económica ni de derecho ni ha invocado una práctica, uso o costumbre del comercio internacional, sino la amenaza de excluir a RD del CAFTA.

Estados Unidos debe eliminar el subsidio agrícola por razones de teoría económica, pero no lo ha hecho. Estados Unidos ha decidido proteger a sus productores ineficientes, es su derecho y es su soberanía. Pero no puede exigirle a otro país lo que el no cumple.

República Dominicana tiene argumentos de teoría económica, de derecho y de lo que es práctica, uso y costumbre en el comercio internacional de protegerse de un producto subsidiado o elaborado con materia prima subsidiada.

República Dominicana está en la obligación de defender el estado de derecho nacional y la norma internacional, no puede permitir que el uso de las amenazas, de la fuerza y del poder sustituya al derecho. Si por el uso de la fuerza se impone la violación de la norma, entonces estaremos frente a la anarquía, a la incoherencia y al abuso; pero sobre todo frente a la pérdida de legitimidad (¿una vez más?) de un país poderoso, que se ha erigido como defensor del derecho. Es necesario pues buscar una alternativa de solución dentro de la norma internacional de comercio, sin que la RD pierda su facultad de protegerse de un producto subsidiado de acuerdo a lo que establece la norma internacional y la teoría económica.