Entre el Obelisco de Corrientes, la carta abierta a Buenos Aires y todos esos años, Piazzola

Entre el Obelisco de Corrientes, la carta abierta a Buenos Aires y todos esos años, Piazzola

In Memoriam: Joaquín Basanta.
Sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
Será por eso que la quiero tanto.
Jorge Luis Borges…
(Fervor de Buenos Aires. 1923.)

Preludio inevitable del cariño y la mejor memoria. Sumergido en largas olas del trópico, una mañana temprano tocó una pequeña puerta angosta, pero muy concurrida, alguien le había enviado desde Buenos Aires un preciado libro, para él era más importante que el Obelisco porteño de Corrientes 151, corazón soleado Plaza de la República… Desde aquellas aguas plateadas, con olor a costanera, la novela había llegado jubilosa de aromas como los mejores libros, a nuestras manos, Joaquín Basanta había evocado aquella ciudad y para el exorcismo de la memoria urbana, había pensado en Eduardo Gudiño Kieffer (*)…
Buscaba alargar esas conversaciones, darle un sentido testimonial a todo lo que narraba sin cesar, en cada palabra dicha, su lejanía era más notoria y la llegada de aquella novela pretendía, en el fondo: regalarme un Buenos Aires que entonces aún no conocía, la novela en cuestión era de 1975, 15 años luego, hacia 1990 yo desandaba aquella ciudad planeta mientras recordaba la tapa de aquella novela en cuyo interior, había un mapa miniatura de la Ciudad de Buenos Aires.
(Las emociones siguen siendo más largas que la vida. Inventemos ese tiempo por conquistar, ojalá sea más de un segundo ojalá sea quizás un fragmento de zumbido, pero inventemos ese tiempo conquistado, por Corrientes eso pensaba mucho tiempo después). Las mejores conversaciones, habrá que buscarlas en tiempo roto, perdidas entre sombras y negaciones tardías y tontas. Son un refugio para este vendaval de huecos y avalanchas, gramática gacha, extraviada como sordo en bingo bullicioso.
Entonces leímos la novela, descubriendo que el título era un homenaje a Jorge Luis Borges, en el poema Fervor de Buenos Aires, que cumple 96 años de haber sido publicado.
La novela vendría a ser la referencia que él quiso escoger, Joaquín Basanta, para mostrar la megápolis codiciada, su urgencia y locura, su mito en sí misma, el desvarío del subter y el desinterés provinciano de los inquilinos de la Casa Rosada, antigua real Fortaleza de San Juan, situada, para más señas, en la calle Balcarce 50, en pleno corazón del barrio de Montserrat.
Lo del provincianismo, al contrario de todo lo que se pueda conjeturar, lo destaco porque encierra una curiosa ironía: ese gran monstruo urbano, desde 1906 (Presidencia de Figueroa Alcorta, de Córdoba) hasta nuestros días ha sido gobernado por políticos que según la jerarquía de ascensión política del poder en la Argentina, vienen de provincias donde han sido gobernadores, en la mayoría de los casos. Néstor Kirchner, Rio Gallego. Santa Cruz. Carlos Menem era de la Rioja. Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri, respectivamente, son de la provincia de Buenos Aires, él del Tandil y ella de Tolosa, finalmente, el propio Juan Domingo Perón, caudillo palpitante omnipresente en la historia política de aquel país era de Lobos, otra ciudad de la provincia de Buenos Aires…
(inventando un sueño, cielo frontal, alegre y decidido. Leguas de tizones recorridos, mares de piratas y espejismos en el fuego triste de las equivocaciones, humano drama que a todos contiene, hace tanto tiempo nacía: Convocado a mirar acacias de luz o los gorriones pardos, ajenos a nubes de humo de la Calle Lavalle).
Volver a Gudiño Keiffer. Al paso del tiempo: con Buenos Aires aprendido. En la búsqueda de lo caótico, corriendo detrás de un retrato posible del Buenos Aires para principiantes del interior, Keiffer se inventa una historia para situarse en el drama sicológico y desde ahí señalar los contrastes del que llega a la ciudad y quien la habita. Dibuja el sálvese quien pueda en aquel pandemónium de edificios y calles, de frenéticos movimientos, donde la tragedia callejera podría ser pan de cada día, de igual modo en otros ámbitos la alcurnia podría navegar en la voluta silente de un boliche con solera…
Cuando el brillante escritor, compañero de ronda de Julio Cortázar en el París blanco y negro de los años 60 del siglo XX, se decide por título (“Será por eso que la quiero tanto”), ya ofrece una pista de lo que ha elegido como punto de vista para su trama novelística: el peor Buenos Aires, el mismo que entre versos y prosas al pasar de los años Jorge Luis Borges adoró y odió según ánimo o inspiración.
Keiffer en la historia de la familia Ledesma, veladamente, se aferra a la idea borgiana de “no nos une el amor, sino el espanto”…
Alguien dijo alguna vez, frase anónima con sentido crítico sobre las urbes, que las ciudades no se hacen para ser habitadas, se habitan para ser construidas. Keiffer no tiene que copiar del Séptimo Círculo del Infierno de Dante Alighieri, aquel antro humano de suicidas, proxenetas mirados con celos en umbral por un Minotauro…
Al autor de la novela regalada por Joaquín Basanta, preciosos tiempos de historias en columpios, le aterra la violencia urbana, esa inmensa ciudad sin techo y sin mandamiento social alguno, que se traga a diario lo mejor del ser humano que la habita. Es el espacio del miedo y el susto continuo, donde la virginidad provinciana a plena luz del día será sometida al estupro indolente, ante la indiferencia de la masa presurosa cuya ética del egoísmo, es motor para vivir y sobrevivir. (Véase Carta Abierta a Buenos Aires Violento)…
Ubicada en la literatura argentina como un ícono urbano esencial, referencia intrínseca del perfil porteño, Buenos Aires tiene los ecos de fuelles de Astor Piazzola, su mejor creador de banda sonora con Aníbal Troilo, a quien se acusa de dejarla huérfana en sus noches, para siempre (CFE)…

En síntesis

(*) Keiffer, Eduardo Gudiño.
Nace en 1932 en Esperanza, provincia Santa Fe. Escritor, poeta, ensayista, novelista, traductor. Editor, bibliotecario, crítico y gestor cultural. Sus obras fueron traducidas al alemán, húngaro, inglés, francés, griego e italiano.
Estudia originalmente, en la Universidad del Litoral. Dominó con acierto lo siguientes géneros: Cuento. Ensayo y poesía.
Guionista cinematográfico. Novelas importantes: Para Comerte Mejor (1968). Será por eso que la quiero tanto (1975) ¿Somos? (1982).
Ensayos importantes:
1: Carta Abierta a Buenos Aires Violento (1970)
2: Manual Nativo Para Pensantes (1985)
3: A Buenos Aires.
Fue jurado de importantes premios internacionales de Literatura: Planeta. Konex. Emece. Y la Nación. Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en el 2001. Se esfuma de la escena pública y la vida, el 20 de Septiembre del 2002…

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