Algunos dominicanos, los que no toman en cuenta la cantidad de nutrientes que deben ingerir en sus comidas, consumen, por lo general el mismo menú: no es raro ver los puestos de empanadas en las calles de la ciudad, llenos de personas, buscando estos tan demandados productos comestibles.
Hay muchos de ellos en los cuales hay que hacer fila, pues la clientela, casi siempre fija, es tan numerosa a ciertas horas, que debe organizarse y aguardar hasta que la puedan atender.
Y es que las empanadas, ya no son como antes. El menú de rellenos no abarca solo jamón y queso, carnes, huevos, vegetales… Hoy día las hay hasta de mariscos y pescado. La elección dependerá del gusto y presupuesto del cliente.
Esta situación hizo que el venezolano Ernesto Ramírez viera en la venta de empanadas la posibilidad de obtener buenos ingresos. Con solo cinco meses con su negocio (Ernestos Food), en la avenida Ortega y Gasset, ha podido constatar que es un negocio rentable, puesto que este producto forma parte de la dieta del dominicano. Además de las empanadas de harina de trigo, Ernesto, que tiene unos cuatro años viviendo en el país, las hace de harina de maíz.
Ana Lorenzo, clienta de Ernesto, dice que a veces se desayuna con este alimento, porque es un plato que se hace rápido. Dice que cuando desayuna empanadas, las acompaña de un jugo natural, el amigo inseparable de este producto.
Las frutas. Pero hay quienes, para desayuno, prefieren algo más light, por lo que optan por ingerir frutas. Pero ir al supermercado, comprar frutas, lavarlas, pelarlas y picarlas para luego comerlas, es algo que no les gusta a mucho. Por eso deciden comprarlas ya listas para comer, de manera que los puestos de frutas se han ido multiplicando, porque, como dice Eduardo García, la gente está buscando opciones saludables.
Él detiene su camioneta platanera, en una esquina de la calle Américo Lugo, del ensanche La Fe, y desde ahí despacha los pedidos de los clientes que ha hecho en ese punto.