Entre la corrupción y la persuasión

Entre la corrupción y la persuasión

RAFAEL RASUK
r.rasuk@hoy.com.do
Hace apenas un par de años, me sorprendió un exitoso profesional de la Contaduría, soltándome inopinada perla:

– Aquí se están dando los casos de corrupción más sorprendentes que te puedas imaginar – sentenció.

Con la sabiduría que dan los años y una dilatada carrera en la comunicación, le respondí con cierto aire de ingenuidad: ¡Explícame eso!

Habló entonces de ciertos apoyos a candidaturas, ascensos sociales, consumos desbordados y arrogantes poses, pero evitó en todo momento “aterrizar” sobre el tema expuesto.

Como mi interlocutor inauguraba mansión propia, dotada de todo tipo de comodidades – y era la razón del feliz encuentro – me limité a transmitirle mis parabienes.

Al abandonar aquel acogedor lugar, medité por unos días sobre tan extraño mensaje.

Al conocer en estos días la extendida compra y venta de minúsculas organizaciones y de políticos con escasa vigencia y credibilidad, no puedo menos que responderme: Tenía razón el amigo. Pero, también, me sumerjo en diarias reflexiones acerca de cuán lejos ha llegado la degeneración moral de la sociedad. Uno no acaba de salir de una sorpresa, cuando le toma por asalto otra mayor. Y hasta reflexiona de nuevo respecto a la meteórica movilidad social de cierta gente que ayer llevaba una vida austera, y hoy exhibe una opulencia que da miedo y espanto.

Tal vez asistimos, como pueblo, a la mayor degradación de nuestra vida republicana.

Siempre he creído que Dios nos pone en el camino justo para que seamos más útiles… o más pendejos.

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