Entre lágrimas y abrazos, EEUU celebra el triunfo de Obama

Entre lágrimas y abrazos, EEUU celebra el triunfo de Obama

Estados Unidos, (AP).- Bailaron en las calles, sollozaron de alegría, levantaron sus voces en oraciones y paralizaron el tráfico. De un lado al otro de Estados Unidos. Desde la capital del país hasta Los Angeles, los estadounidenses festejaron la victoria de Barack Obama y se declararon maravillados de haber vivido el día en que un negro fue elegido presidente.

«Nací en la época de los derechos civiles. Ver este acontecimiento es increíble. Tenemos al primer presidente negro. ­Un presidente negro!», manifestó Mike Louis, un negro de 53 años con los ojos llorosos mientras veía los resultados electorales en una pantalla gigante en la Plaza Fountain en Cincinnati. «Este es un gran paso, un paso gigantesco para unir al país».

En Washington, centenares de personas abarrotaron las calles aledañas a la Casa Blanca con globos, al tiempo que sonaban tambores y exclamaban «Bush se fue». Sobre la Calle U, antes conocida como el Broadway Negro de Estados Unidos por sus numerosas tiendas y centros de diversión con dueños negros, había hombres sobre automóviles que ondeaban banderas estadounidenses y carteles con la imagen de Obama.

En la cercanía, en la Universidad Howard que históricamente ha sido un centro de estudios de negros, cientos de estudiantes estallaron en expresiones de alegría y dijeron a voz en cuello «Sí, lo logramos».

En Filadelfia, millares de negros y blancos convergieron en el cabildo poco después de que Obama fue declarado ganador. Bajo una lluvia ligera, bailaron con la música que brotaba a todo volumen de radios de vehículos. Los conductores detuvieron sus automóviles a mitad de la calle y abrieron las puertas de sus unidades mientras resonaba en los radios el discurso de aceptación del candidato demócrata.

«Barack está en la casa», gritó Pamela Williams, de 46 años. «Esto es muy importante para mí. El cambio está por suceder».

En Chicago, donde radica Obana, unas 125.000 personas se congregaron en una noche inusitadamente cálida de noviembre para celebrar el triunfo de su senador en una efusiva marcha en Grand Park.

«Es fantástico», dijo Hulon Johnson, que tiene 71 años y es un director retirado de una escuela pública de Chicago. «Siempre le dije a mis hijos que esto era posible; ahora tendrán que creerme».

En el restaurante Sadiki de Filadelfia, la celebración llegó hasta la acera.

«Nuestros padres dejaron este planeta creyendo que nunca, jamás veríamos este día, cuando un afroestadounidense pudiera ser elegido por todo el pueblo al punto más alto del país», señaló Bernard Smalley. Su esposa, Jacquelyn, sollozó.

Las celebraciones eran grandes y pequeñas, pero el sentimiento era el mismo _ una gran alegría por lo lejos que ha llegado el país. La gente sonaba las bocinas de sus automóviles y compartía abrazos a diestra y siniestra.

En Harlem, el bullicio de millares de personas reunidas en una plaza cerca del legendario Cine Apollo podía escucharse a varias cuadras de distancia.

«Estoy extasiado», declaró Jason Samm, un empresario de 33 años de edad que celebraba en el sur de Los Angeles. «Tengo tres hijos, y esto significa que muchas puertas se les abrirán». 

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