Lo ideal fue aquel “nuevo camino” que nos vendieron y que compramos por allá por los noventa y tantos, un joven candidato presidencial que tenía habilidades incuestionables en su oratoria y su capacidad de conquistar al electorado; hasta se atrevía con el baloncesto según recuerdo. El “nuevo camino” tan nuevo como ideal , en poco tiempo se llenó de curvas y la única recta que había nos llevó a un laberinto sin salida en el cual todavía al día de hoy estamos caminando sin orientación, ni dirección y sin esperanza de encontrar la salida . Ese nuevo camino comenzó vendiendo al sector privado toda empresa estatal que encontró, cedió casi todo el y todavía estamos sufriendo los estragos de aquellas decisiones.
Una vez estando en el laberinto del nuevo camino, nos dijeron que ‘eh palante que vamos’, y fue cierto, caminábamos palante pero dentro de ese laberinto, entrábamos a una cámara y la siguiente mientras caminábamos “palante” nos dejaba justo al lado de la anterior, como si camináramos hacia delante pero en círculos. No obstante unos pocos y los mismos de siempre caminaron “palante” y muy rápido, digamos que no caminaron, estos corrieron; el impulso que tomaron estas clases dominantes, no fue otro que la energía de una clase trabajadora y los impuestos de una clase media que lucha cada día por ser eso: “Clase Media”. Mientras que un Kayozama de esos sabios de Goku, en pocos años aparece con una fortuna en dólares que si se pone a contarlos billete por billete se muere y no termina… y todo esto ocurre ante la mirada atónita del pueblo, donde la única respuesta que se le da por su bien hacer como ciudadano, es que le atraquen cenando en un restaurante “high class” o que te encañonen en el parqueo de un supermercado.