Entre negocio y geopolítica

Entre negocio y geopolítica

La venta a Venezuela de un 49% de las acciones de Refidomsa es una operación comercial entre dos Estados que, necesariamente, hay que analizar desde una óptica geopolítica. Este especial cuidado lo imponen la naturaleza estratégica del bien bajo negociación y las características hegemónicas del Gobierno interesado por la adquisición de la porción accionaria de la refinería local.

Son válidas las preocupaciones que a propósito de este negocio expresan los presidentes de las asociaciones de Industrias de la República Dominicana  y de Empresas Industriales de Herrera y  la Provincia  Santo Domingo,  Manuel Díez Cabral y Manuel Cabrera, respectivamente, acerca de la posibilidad de ataduras que puedan colocar al país   a merced de los intereses geopolíticos de un Estado extranjero.

Recordemos que, en reacción por un acto soberano del Gobierno dominicano para mediar en el diferendo entre Venezuela y Colombia, el Gobierno del Presidente Hugo Chávez  dio a  entender que había perdido el interés por adquirir acciones de Refidomsa. Inesperadamente,  retoma el expediente de la compra en coincidencia con la propuesta del Gobierno de Estados Unidos al dominicano para un proyecto de integración eléctrica que enlazaría a Colombia, Centroamérica y las islas del Caribe. La geopolítica mueve sus fichas.

Lejos del alcance de los menores

El proyecto de ley que confinaría la operación de tragamonedas a los casinos debidamente autorizados es una valiosa contribución a la preservación de la integridad de nuestros menores de edad. La pieza fue sometida al Congreso por el Presidente Leonel Fernández a través del Senado. Los tragamonedas fomentan el vicio del juego de azar entre los menores, que hasta ahora tienen acceso a los mismos en establecimientos comerciales de distintas clasificaciones.

La proliferación de máquinas tragamonedas en establecimientos comerciales no especializados en el juego ha sido uno de los estimulantes más influyentes en la inclinación por el azar entre nuestros hombres y mujeres, pero sobre todo entre los menores de edad que intentan multiplicar dinero a través de este método. Los congresistas deben aprobar este proyecto y sentirse en el deber de adoptar iniciativas contra otras prácticas nocivas para la juventud.

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