Entre padres y  pediatras existe cierta fobia a la fiebre, según especialistas

Entre padres y  pediatras existe cierta fobia a la fiebre, según especialistas

EFE. Reportaje. El miedo a la fiebre, sobre todo en los padres con hijos pequeños, se ha convertido en una constante en los últimos años que se ha traducido en un aumento del abuso de fármacos analgésicos y antipiréticos, cuando en realidad el aumento de la temperatura es un mecanismo de defensa frente a la enfermedad.

Según advierte el Grupo Pediátrico Madrileño de Formación Continuada (GRUPEMA)  con motivo de una reunión celebrada en la capital de España el pasado mes de octubre sobre medicina biorreguladora en pediatría, “entre padres y  pediatras existe cierta fobia a la fiebre cuando es un mecanismo de defensa frente a las infecciones y en la mayoría de los casos, afortunadamente, son procesos banales que pueden solventarse con hidratación y medicamentos homeopáticos compuestos o biorreguladores, que estimulan las defensas”.

Un temor exagerado.  Integrantes de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Navarra (norte de España) publicaron un informe en la “Revista de Enfermería”, en  el que se concluía que “los padres de niños entre 0 y 3 años, y los profesionales sanitarios sufren un temor exagerado respecto a la fiebre y sus complicaciones”.

Este temor, de acuerdo a lo expresado en el documento, es el origen de muchas falsas creencias y actitudes de cómo manejar y tratar la fiebre. 

Según otro informe publicado también en  octubre en la revista “Journal of Paediatrics and Child Health”, estas falsas creencias son muy frecuentes. Ese artículo revela que el 84% de los padres creen que si su hijo o hija no se trata la fiebre sufrirá convulsiones, y nada menos que el 11% piensa que corre el riesgo de daño cerebral.

Aunque las ideas erróneas crecen de manera inversamente proporcional (a medida que el nivel educativo es más bajo), son los padres con mayor educación, sin embargo, los más propensos a administrar con facilidad  a sus hijos antipiréticos y analgésicos para bajar la fiebre, concluye un estudio sueco publicado en junio en la revista “Scandinavian Journal of Primary Health Care”.

Otros especialistas, como la doctora Beatriz Real, de GRUPEMA, consideran que no siempre es necesario recurrir a fármacos antipiréticos, porque éstos “dificultan la respuesta natural del organismo y lo único que hacen es ocultar el proceso”.

Según la experta, es preferible estimular el sistema inmunológico, que es lo que permiten los medicamentos homeopáticos compuestos o biorreguladores que, a diferencia de los tratamientos convencionales, carecen de efectos secundarios y de interacciones.

Esos medicamentos “ayudan a regular o   modular la respuesta del organismo frente a los virus, facilitando la acción de sus defensas naturales, mientras que los antipiréticos simplemente bajan la fiebre”, añade Real.

Cefaleas y analgésicos.  El Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas (archipiélago de las Islas Canarias) advierte, por su lado, que consumir analgésicos contra el dolor de cabeza puede agravar y hasta hacer crónica esa dolencia en caso de que hayan sido tomados de forma inadecuada, fruto de un diagnóstico erróneo, de la automedicación o del abuso.

Los farmacéuticos son testigos de que numerosos pacientes acuden a las oficinas de farmacia en busca de analgésicos para la cefalea sin saber que la ingesta de estos productos puede provocarles más daño que beneficio, pues consideran que el abuso es la primera causa de que la cefalea ocasional pase a ser crónica.

A ese abuso, así como al consumo incorrecto de fármacos que no son los más indicados en según qué casos, se llega en muchas ocasiones por la automedicación, al decidir el propio afectado lo que va a tomar guiándose por consejos de familiares o conocidos, y no los de los profesionales sanitarios, según los expertos.

Otro fenómeno relacionado con el problema es el aumento de la incidencia de cefaleas debido al estrés que pueden provocar las situaciones económicas desfavorables.

Según el jefe de Neurología del Hospital Puerta del Hierro de Madrid, Hugo Liaño, el estrés, ya sea provocado por problemas personales, laborales o económicos, “favorece un exceso de tensión en los músculos de la cabeza, lo que genera la cefalea tensional, que no es grave, pero sí muy molesta”. Aunque es imposible evitar que el estrés tenga consecuencias físicas de este tipo, hacer estiramientos musculares, recurrir a la hidroterapia, la relajación o los masajes, practicar deportes como la natación o un simple paseo pueden ayudar a aliviar los síntomas.

Temor exagerado respecto a la fiebre

Integrantes de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Navarra (norte de España) publicaron un informe en la Revista de Enfermería, en la que  se concluía que “los padres de niños pequeños, entre 0 y 3 años, y los profesionales sanitarios sufren un temor exagerado respecto a la fiebre y sus complicaciones”.

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