El mundo enfermó y ahora hay que velar por su cuidado. Producto de la contaminación generada por el ser humano, debido al crecimiento de la población y los cambios de consumo, hoy toca remar en contra del calentamiento global.
Impulsar, a toda costa, una producción de bienes y servicios con poco uso de los recursos naturales y bajar la generación de materiales tóxicos y residuos, son solo algunas de las vías por la que la República Dominicana está obligado a transitar.
Legislativamente el país ha asumido la responsabilidad de contribuir con el medio ambiente, de fomentar el reciclaje, la reducción y la reutilización de los residuos, ya que desde el año pasado cuenta con el Reglamento de Aplicación de la Ley 225-20 sobre Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, pero desde antes de la promulgación de esta ley, ha habido interés de hacer frente al enorme problema de los residuos, sin embargo las acciones en algunos casos, hasta ahora, no se han materializado.
Esto se puede comprobar con los neumáticos fuera de uso (NFU), residuo de manejo especial, según lo cataloga la Ley 225-20 en su artículo número 62, los cuales no solo generan un problema medioambiental, sino también sanitario.
La práctica de enterrarlos ha siendo rechazada a nivel mundial, el almacenamiento al aire libre representa un peligro de incendio y la proporción de condiciones para la propagación de enfermedades, mientras que la quema de los mismos causa impactos adversos al medio ambiente y a la salud, debido a los compuestos que conforman los neumáticos y que son liberados al hacer esta práctica.
Antes de la promulgación de la Ley 225-20, en el año 2015 el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales aprobó el Reglamento Técnico número 005-2015 sobre la Gestión de Neumáticos Fuera de Uso, el cual en uno de sus considerando señalaba que resultaba prioritario crear mecanismos de disposición, controles y buenas prácticas, para mitigar la contaminación causada por estos.
Además indicaba que años previo al 2015 el parque vehicular había crecido, lo que generó la entrada indiscriminada al país de neumáticos usados y en consecuencia un aumento descontrolado de neumáticos fuera de uso.
Para el año 2015 el parque vehicular ascendió a 3,612,964 unidades, cifra que aumentó a 5,152,448 unidades el año pasado, de acuerdo a las estadísticas de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
Pese a la intención, no solo del reglamento, sino también de iniciativas como Dominicana Limpia, que en el 2018 propuso fomentar el reciclaje de este tipo de residuo en conjunto con los plásticos, la cantidad de neumáticos fuera de uso ha seguido creciendo, no solo por la falta de políticas de las autoridades para estos residuos, sino también por la falta de regulación de la entrada al país de neumáticos.
Para el año 2017, dos años después de la promulgación del Reglamento 005-2015, se importaron de más de 30 países 1 millón 457,292 neumáticos usados, cifra que subió a 1 millón 467,592 para el año 2020, inicio de la pandemia del covid-19, y para el año pasado las llantas usadas importadas fueron 1 millón 658,643.
Las importaciones en 2018 y 2019 fueron solo un poco menor a las importadas en los años citados, según los datos suministrados por la Dirección General de Aduanas (DGA).
Responsabilidad extendida
Con la aprobación de la Ley 225-20 los neumáticos fuera de uso (residuos especiales), son sometidos al régimen de la responsabilidad extendida, o sea, que los productores, importadores y comercializadores serán los responsable de la organización y financiamiento de los residuos, durante la fase de producción, post industria y post consumo, pero la ley indica, además, que la responsabilidad extendida de los productores, importadores y comercializadores solo es aplicable a la gestión de los residuos listados y no así al manejo inadecuado llevado a cabo por terceros.
A pesar de que la Ley 225-20 manda a comenzar a trabajar con este tipo de residuos, por lo que representa para el medio ambiente y la salud, hace falta, según especifica la normativa, que se defina y se apruebe el Plan Nacional y los planes específicos por residuos.
Esto a sabiendas de que la Ley fue publicada en el año 2020 y su reglamento de aplicación un año después.
“Se realizará un plan nacional específico para cada residuo prioritario atendiendo a la cantidad de generación, peligrosidad o dificultad de manejo”, indica la ley en el párrafo uno del artículo 58.
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Según se informó para este trabajo desde el Ministerio de Medio Ambiente, los neumáticos fuera de uso deben tratarse dentro del Plan Nacional de Residuos Sólidos (RES), el cual contaría con el apoyo de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), el proyecto Promar y Caribe Circular.
En el proyecto de Dominicana Limpia, del gobierno pasado, se intervendrían los vertederos del país, para lograr una mayor integración de los residuos sólidos, pero el proyecto, llevaría más que todo orientación para el manejo de la basura, no de los neumáticos fuera de uso específicamente.
Incluso, a pesar de que en el fideicomiso público- privado anunciado en diciembre del año pasado por el presidente Luis Abinader para enfrentar el problema de los residuos, se señala que se promoverá el reciclaje de neumáticos, el proyecto hace más hincapié en solucionar el problema de desechos sólidos en los principales polos turísticos del país y en zonas urbanas de alta densidad poblacional fuera de Santo Domingo y el Distrito Nacional.
Este proyecto se ejecutaría entre este año y el próximo con unas 20 iniciativas presentadas.
Parte privada
En el país hay empresas privadas que se dedican al reciclaje de residuos para ser aprovechados con su reutilización, pero muy pocas de estas reciclan directamente los neumáticos fuera de uso.
Por ejemplo la empresa Cemex República Dominicana, alrededor del 5% del combustible que utiliza en su proceso de producción procede del coprocesamiento de neumáticos triturados.
Mientras que una planta de degradación, ubicada en Palmarejo, municipio Los Alcarrizos, convierte los neumáticos fueras de uso en combustibles alternativos.