Entre viernes: dos oportunidades un propósito

Entre viernes: dos oportunidades un propósito

El pasado viernes expiró el mandato de las autoridades del PRSC colocándolo en una virtual acefalía que puede ser superada satisfactoriamente mediante un proceso asambleario con participación directa de sus bases dirigenciales. El próximo viernes el gobierno del Presidente Medina cumple la cuarta parte de su período.

La acefalía del PRSC brinda oportunidad para que nuevas autoridades reivindiquen al partido del pecado de omisión que han llevado las actuales, de no hacer valer las praxis y políticas reformistas de gobernar. El agotamiento de la cuarta parte del periodo de gobierno brinda la oportunidad para evaluar resultados más allá del dinero gastado y reorientar  políticas y praxis gubernamentales en términos de mayor y mejor eficacia y eficiencia socioeconómica de nuestra democracia.

La coincidencia de oportunidades nos llevó a comparar el estado de cosas hoy existente con el previamente alcanzado el último año reformista.

Percibimos, con relación a 1996: Debilitamiento en la correlación de fuerzas con Haití, por primera vez en casi un siglo; Más inseguridad provocada por delincuencia común y su mayor enquistamiento en la burocracia llamada a preservar paz y orden; Menor satisfacción de necesidades por parte de nuestra economía  medida por déficits mayores en la balanza comercial.

Discutimos si la pobreza es igual o mayor en medio del estancamiento del Índice del Desarrollo Humano del PNUD; Admitimos que más de la mitad de personas en edad de trabajar están desocupadas mientras organismos internacionales nos endilgan que los empleos generados por nuestro crecimiento no son de calidad. Aceptamos que cientos de miles de jóvenes NI estudian NI trabajan.

Se ha fomentado tal clientelismo y estamos tan endeudados que las contribuciones apenas alcanzan para cubrir las cargas públicas fijas e hipotecan prácticamente nuestros recursos financieros, respectivamente, fomentándose inversiones especulativas-rentistas en lugar de productivas, convirtiendo al Estado en succionador de recursos productivos en lugar de estimulador de la producción.

Observamos nuestra naturaleza más sometida a la codicia extranjera; Seguridad Social limitada a proporcionar beneficios financieros a AFP a costa de constreñimientos en salud, riesgos y envejecientes; Asentamientos humanos anarquizados y precarizados al máximo; sistemas de transporte caotizado magnificado por actuacionesdegremiossindicales. Y tránsito amoratado incluso sobre las líneas que el Metro pretendió aliviar a altísimo costo.

La gestión pública se mide por montos gastados, no por calidad ni resultados socioeconómicos, frente a transparencia perdida por abandonar la  publicación de los mismos como nos acostumbraron los gobiernos reformistas.

Ojalá que entre viernes, pasado y próximo, el  gobierno asuma el propósito de adosarse a  experiencias basadas en políticas y praxis reformistas; coadyuvado por un PRSC dirigido por autoridades con similar propósito.

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