Entrega de fondos genera confianza
en que el Archivo será rescatado

Entrega de fondos genera confianza <BR>en que el Archivo será rescatado

POR ÁNGELA PEÑA 
El Presidente de la República, doctor Leonel Fernández, aprobó un presupuesto de más de cincuenta y ocho millones de pesos para el Archivo General de la Nación y además autorizó la entrega de alrededor de diez millones para gastos de emergencia e informó a su director, Roberto Cassá, que podía hacer una reformulación presupuestaria de hasta 100 millones. El distinguido historiador anunció que el organismo elaboró uno de 88 millones que cubrirá incremento de salarios, aumento de personal, compra de equipos, entre otras prioridades.

 El mandatario designó al vicepresidente Rafael Alburquerque para que funja como enlace entre él y las autoridades del organismo que, aunque sigue como dependencia de la secretaría de Cultura, ha logrado autonomía en sus decisiones administrativas, según explicó Cassá. “En una reunión cordial que tuvimos con el licenciado José Rafael Lantigua decidimos de común acuerdo mantener los lazos inalterados mediante informe, aclarándose que Cultura puede trazar lineamientos generales, hacer sugerencias, propuestas, pero que las decisiones atinentes al propio Archivo deben emanar del Archivo”, señaló.

 Significó Cassá que superaron la relación “ultra centralista dejada por el secretario Tony Raful, que implicaba que había que mandar centavos, literalmente, de fotocopiadora, es decir, aquí estaba prohibido –o está todavía- gastar un solo centavo, nosotros podemos producir un dinero, pero no lo podemos gastar, tiene que mandarse a Cultura, en teoría Cultura lo devuelve, pero en realidad eso no sucede, entonces, para comprar un cartucho de tinta hay que pedirlo a Cultura, es algo absurdo que evidentemente no hace funcionar a la institución y quedamos con el licenciado Lantigua, por propuesta nuestra, en que el Archivo pasa a tener su propio sistema administrativo, que implica manejar cuentas y decidir sobre el uso de sus recursos”.

ACTITUD DEL PRESIDENTE

 El historiador Cassá, su nuevo y aún reducido equipo humano y los empleados más conscientes del Archivo desbordan satisfacción y  entusiasmo a pesar de la difícil tarea que deben enfrentar para rescatar ese patrimonio abandonado, maltrecho, desordenado, sucio, empolvado, con infinidad de legajos tirados prácticamente como basura que se confunde con tablas astilladas, deshechos de plásticos, trozos de cartones, sin reparar en que la documentación existente representa la memoria histórica de los dominicanos.

 “Entiendo que cuando el Presidente de la República pidió al licenciado Lantigua que contactara la Academia Dominicana de la Historia, incluso antes de las elecciones, de llegar al poder, tenía una voluntad muy clara de poner fin a esta ignominia que ha sido durante décadas el Archivo General de la Nación, una ignominia para la República y para los intereses del pueblo dominicano”, apuntó Cassá, quien siendo Presidente de la Academia dirigió el equipo que elaboró el diagnóstico de situación del organismo.

 Añadió que Leonel Fernández “ha mostrado una disposición clara que se evidencia en esta ayuda de emergencia, no obstante las dificultades presupuestarias que se sabe existen en el país. Es una señal evidente, suficiente, de una disposición política”. Explicó que aunque por razones técnicas va a quedar el presupuesto de los 58 millones  “se producirán partidas extraordinarias especiales que completarán el presupuesto final pedido de 88 millones o sea que, en realidad, vamos a trabajar con los 88 millones”.

 El Archivo va a transformarse, adelantó Cassá, en una institución adecuada a las exigencias archivísticas modernas donde algunos de los fondos van a tener instrumentos descriptivos, lo cual va a facilitar el trabajo de los investigadores. “Vamos a copiar los materiales en peor estado o más consultados, caso de la prensa, o sea, hay que hacer una labor de reprografía muy intensa de manera que los documentos que son objeto de maltrato por el público no sufran. Esto va a ayudar mucho al trabajo de consulta porque un material electrónico en bruto, original, se maneja más fácilmente”.

PRIORIDADES

 Con esta asignación especial  de nueve millones 456 mil novecientos sesenta y un pesos con veinte centavos consignada en el oficio número 4136 del uno de diciembre del 2004, en el que Fernández instruye la entrega a Rubén Peña Pichardo, director de la Oficina Nacional de Presupuesto, se cubrirán prioridades que mantienen al Archivo en estado de emergencia porque, aunque los nuevos ejecutivos han tomado medidas para detener el deterioro y el saqueo del patrimonio, no dejan de ser de simple vigilancia. Para reparar los graves daños se necesitan, tanto como voluntad y disposición, sólidos recursos económicos.

 Cassá detalló los renglones en que se utilizará está partida inicial. “Ante el cúmulo de problemas que tiene el Archivo se elaboraron  diversas peticiones que atendían a áreas extremadamente neurálgicas que comportan elementos de seguridad para los documentos, las instalaciones, para todo el Archivo, en sentido general, en varios aspectos. El más importante es el de la fumigación, ya que los microorganismos y las plagas siguen teniendo graves efectos sobre una parte de los fondos”, adelantó Roberto Cassá.

 Las reparaciones eléctricas, deterioradas al punto de que pueden provocar un incendio, son también motivo de atención urgente porque el sistema contra fuegos tampoco funciona: “todos los extinguidores están vacíos y las mangueras están conectadas a una cisterna muy pequeña”. No había control de acceso a los depósitos, que ahora se protegerán con rejas para impedir el paso del público. Se ha colocado vigilancia porque, asombrosamente, de algunas puertas sólo están los marcos. Las que existen tienen los cerrojos dañados, manifestó.

 Cassá comunicó, en otro orden, que frente a “a la cuasi inexistencia de computadoras” se hicieron varias solicitudes a la Presidencia, vía la secretaría de Cultura, pero su titular planteó la imposibilidad de complacerlo argumentado que el 97 por ciento del presupuesto lo encontró agotado. Fue entonces cuando el Presidente dispuso la contribución citada. Además de adquirir ordenadores “esta ayuda nos va a permitir iniciar el trabajo de reorganización de los depósitos, que es el punto crucial para cualquier estrategia de composición del Archivo ya que los fondos quedaron totalmente desorganizados a raíz  de la famosa aplicación de la pintura. Esta reorganización se va a dar en tres etapas: un inventario topográfico, una restauración del orden existente previo a la  pintura y una reorganización de acuerdo a secretarías. Hay secretarías que tienen fondos en tres y cuatro depósitos, queremos unificar, crear depósitos para determinadas secretarías, como es el caso de Interior y Policía, que es una de las más importantes”.

 Adquirirán tres aspiradoras industriales e igual número de pequeñas, para mejorar las condiciones ambientales y ya se trabaja en el reconocimiento de todo lo existente, que cubre alrededor de 150 mil legajos “y que nadie sabe, salvo empíricamente dos o tres empleados, qué hay, dónde está, ya que eso se agravó después de la aplicación de la pintura”, significó Cassá.

 En el inventario de proyectos del eficiente director está la contratación de Manuel Romero Tallafigo, archivista español reconocido, profesor de la Universidad de Sevilla, de Marie France Balasse, la dominicana más entendida en cuestiones de archivística, de Danilo Abreu, administrador de empresas, y del historiador Rafael Jarvis, que se emplearán a fondo en las labores de organización y rescate.

EL ARCHIVO DEL PALACIO

 La confianza en los recién designados ejecutivos no sólo se ha puesto de manifiesto en la asignación del significativo presupuesto sino en el envío al organismo del archivo oficial más importante del país: el del Palacio Nacional, por el que pasa todo lo relacionado con el Estado, con la seguridad de que no ocurrirá igual que con el llamado “Archivo de Trujillo” arrinconado como desperdicio, sin clasificar ni tomar en cuenta su valor documental. “Vamos a dar prioridad a la organización de estos fondos por su importancia histórica reciente. Va a haber una organización en Palacio, de común acuerdo con un personal designado por el Archivo, coordinado por Jarvis. Se hará el mínimo de descripción de cada legajo”.

 Centromidca, por otro lado, se va a transformar en el departamento de servicio técnico del Archivo, la reproducción de los documentos se va a hacer digital, “vamos a abandonar el microfilm”, declaró Cassá y reveló también que el Presidente anunció su disposición de construir un nuevo edificio. “Originalmente me mostré escéptico, me tomó de sorpresa, pero diría que el Presidente tiene razón porque aquí hay que reunir todo lo que hay disperso que está en riesgo de perderse, eso implica mucho espacio, entonces, en este nuevo edificio podríamos contemplar la creación de una especie de seccional prearchivo o de archivo administrativo y dejar este viejo edificio como archivo histórico”.

 Los proyectos futuros que enunció son múltiples, todos responden al interés  de “insertarnos en una perspectiva educativa y de difusión cultural y creo que con esta ayuda del Presidente lo vamos a empezar a lograr por lo cual este Archivo va a dejar de ser un ente aislado, como lo ha sido, para volcarse a la sociedad en la medida de lo posible”.

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