Hoy 
Una comisión del partido Frente Amplio entregó hoy una carta al embajador mexicano en el país, José Ignacio Piña, condenando la desaparición de 43 estudiantes de Pedagogía en el estado de Guerrero, en México.
“Este es un suceso que no solo ha conmovido a los ciudadanos mexicanos, en todos los lugares del mundo, las organizaciones políticas, sociales y el estudiantado, en sentido general, ha condenado este hecho por la consternación que ha causado”, manifestó Juan Dionisio Rodríguez Restituyo, secretario general de la organización.
La misiva fue entregada al embajador de México, José Ignacio Piña Rojas, quien también entregó un documento con la versión de la justicia mexicana sobre el hecho, además de exponer y aclarar por casi una hora algunos detalles sobre el funesto suceso. Agregó que haría llegar hasta el gobierno de su país el comunicado que recibió de manos de miembros de la comisión política del Frente Amplio.
La comisión estuvo encabezada por Rodríguez Restituyo, Higinio Báez, Ysabel Minaya, Luis Méndez, César Rodríguez y Ángel García.
A continuación se reproduce la misiva entregada al embajador mejicano en la República Dominicana:
Santo Domingo, D.N
14 de noviembre de 1014
Señor
José Ignacio Piña Rojas,
Embajador de México en República Dominicana
Sus manos:
Señor Embajador
Nuestra Organización política, conmovida y molesta por la masacre perpetrada contra los estudiantes de Pedagogía de la ciudad de Iguala, en Guerrero, queremos unirnos al clamor colectivo que sacude los corazones solidarios de su nación en reclamo de la verdad, la culpabilidad y el escarmiento.
¡Vivos los apresaron, vivos los queremos! Es el grito orgulloso y viril que en México retumba como un eco enardecido de la conciencia nacional.Es una exigencia moral responsable y conminante aun cuando la certeza de un crimen execrable desgarre la esperanza.
El dolor de los muertos, sus manos mutiladas, pintan murales de indignación en las paredes y puertas de las instituciones que en ese gran país mal se hacen llamar garantes de derechos y libertades cívicas.
Por los informes y las fuentes que llegan cada día, se hace más que difícil encontrar paralelos en la crueldad y salvajismo de una actuación policial como la ocurrida en Iguala.
De acuerdo al testimonio de uno de los pocos que pudo salvarse, los policías hicieron balsas de madera entre las cuales intercalaban los cadáveres masacrados hasta construir las bases de una gran fogata humana intentando dejar solo cenizas. Y luego se encargaron de construir fosas comunes para depositar los cadáveres como negros residuos de basura incinerada.
Los gendarmes a disposición de la gobernación han colocado su actuación en un estadio de impiedad y bajeza que desafía los extremos de Nuremberg, Sabra y Shatila, MyLai o Sand Creek.
Aturdidos de horror, tomamos partido, como siempre, por la solidaridad, la justicia y el humanismo y nos aprestamos a divulgar y a reclamar, al igual que su pueblo, la explicación y las medidas implicadas para resarcir, aún sea moralmente a los familiares de las víctimas.
Si el mundo calla la magnitud de este crimen, su silencio hecho anatema se volverá contra sí mismo hasta devorarlo. Porque no es posible solapar el sadismo desbocado, el fanatismo bárbaro. Porque no es permisible que la fiesta del terror enhieste en lo alto de la indiferencia su tétrico estandarte.
Pedimos, por no decir exigimos, del gobierno mexicano una respuesta justiciera y convincente ante la desaparición forzosa de 43 jóvenes promesas del magisterio, la mayoría de los cuales parecen haber sido asesinados de manera más brutal.
Comisión Política Frente Amplio
Secretaría de Relaciones Internacionales del Frente Amplio
