Entregan Premio Nacional a mujeres

Entregan Premio Nacional a mujeres

POR HANSEL MATTHEWS
Doce mujeres de distintas provincias fueron galardonadas ayer con el “Premio Nacional Mujeres de Progreso”, otorgado por la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández.

La premiación, realizada en el auditorio del Banco Central, inició con las notas del Himno Nacional interpretadas por Frank Michel.

Las damas galardonadas con el “Premio Nacional Mujeres de Progreso” fueron: Keyla Féliz Moreta, de Barahona; Fausta Mejía, Boca Chica; Marcelina Paulina, Guerra; Senaida De la Cruz, Yamasá; Máxima Mejía e Isabel Severino, El Seibo; Sarina Villanueva y Águeda Pérez, Villa Mella; Justa Almonte, Herrera; Severina Mejía, San Isidro; Miledys Martínez, Boca Chica; y Martha Irene De la Rosa, Miches. Encabezaron el acto, además de la primera dama Cedeño de Fernández, la secretaria de Educación, Alejandrina Germán; Altagracia Suriel, coordinadora del proyecto; Flavia García, secretaria de la Mujer, además de embajadores, funcionarios y familiares de las galardonadas.

Cedeño de Fernández explicó que gracias a los cursos impartidos por el “Programa Progresando”, estas mujeres son todas unas empresarias que saben elaborar velones, carteras y otros accesorios, sin dejar a un lado los productos de cocina y repostería.

Dijo que estos reconocimientos se enfatizaron en la superación personal de las mujeres, seleccionadas por un equipo de coordinadores que se pudieron percatar de las necesidades familiares, falta de iniciativa de emprendimiento y, mas aún, de motivación, de las participantes.

“Este segundo programa ha transformado vidas, cumpliendo sueños y metas, en las trayectorias de lucha”, expresó.

Las cantantes Milly Quezada y Maridalia Hernández interpretaron varias canciones.

Milly cantó “Ella” y “Para Darte Mi Vida”, al compás de los aplausos que no cesaron. Maridalia interpretó “Para Quererte” y “Te Ofrezco”.

Martha Irene, una de las galardonadas, expresó que el “Programa Progresando” le ha cambiado la vida, ya que no sabía leer ni escribir.

Relató que terminó tan entusiasmada de alfabetizarse, que habló con su hija para que la ayudara en el proceso de alfabetizar a otras personas mayores.

“Construí una enramada en mi patio para que ahí se pudieran llevar a cabo las charlas y talleres”, manifestó De la Rosa. Además agregó una pizarra para facilitar el proceso de alfabetización. 

“Cuando uno va al banco, no tiene que pasar vergüenza firmando su nombre”, dijo.

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