Entrenamiento Espiritual

Entrenamiento Espiritual

LEONOR MARÍA ASILIS E.
Aún estamos en cuaresma, tiempo en que la Iglesia nos exhorta a hacer más penitencia con el  ayuno, la limosna y la oración, consciente de que con estas practicas nuestras almas se purifican de la  sensualidad, avaricia y autosuficiencia, procurando ser más agradables a Dios.

Usemos este tiempo para revisarnos en el amor,  pidiéndole a  Dios que nos abra los ojos para que veamos nuestras conductas, reconociendo en Jesús nuestro Salvador nuestro modelo para vivir en el amor.

Es un gran acierto el reconocer que todo logro que valga la pena requiere un esfuerzo grande. Esto se confirma cuando San Pablo a los Corintios, utiliza figuras del mundo de los deportes para explicar que la vida espiritual requiere de lucha y esfuerzo continuos. Veamos como nos incentiva: “¿No han aprendido nada en el estadio? Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran, pues, de manera que lo consigan, como los atletas que se imponen un régimen muy estricto. Solamente que ellos lo hacen por una corona de laureles que se marchita, mientras que nosotros, por una corona que no se marchita. “ (1Cor 9:24:27)

La meta del Cristianismo es la vida eterna. El logro de esta meta demanda un esfuerzo diario intenso, reconociendo la primacía de la gracia: “Todo lo puedo en Cristo que me conforta”. Recordemos las palabras de San Agustín: “Dios que te creo sin ti no te salvara sin ti.”

Nuestros esfuerzos personales, combinados con la gracia de Dios, nos brindarán un mayor nivel de mejoramiento propio e intimidad con Dios.

 A los Cristianos no nos está permitido desanimarse. Una Cuaresma exitosa requiere que desarrollemos un plan de acción serio. Nuestro plan debería incluir tanto las prácticas generales que la Iglesia Católica requiere de todos, y nuestro propio programa particular para la Cuaresma.

La Cuaresma que ya hemos comenzado nos provee de una excelente oportunidad para el crecimiento espiritual. Podemos cambiar.

A continuación, algunas frases de la inolvidable y queridísima Santa de nuestro tiempo, la Madre Teresa de Calcuta que nos lanzaran con gran velocidad en esta carrera espiritual que nos conduce al cielo:

“Antes de hablar, es preciso que escuchemos.  Dios habla en el silencio del corazón.

 “Amemos hasta que nos duela.”

  “Cada vez estoy más convencida de que la carencia de afecto es la peor de las enfermedades que pueda soportar un ser humano. “

“En los pobres y abandonados encontraremos a Cristo.”

 “Cuando una persona pobre muere de hambre, no sucede porque Dios no haya tenido cuidado de él o de ella, sucede porque ni tú ni yo hemos querido darle a esa persona lo que ha necesitado”.

 “Dios ama al dador alegre, se sirve mejor con una sonrisa.”

“Hagamos algo precioso para nuestro Dios”.

leonor.asilis@codetel.net.do

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