Entrenan jóvenes haitianos
El  Jardín Botánico abre las puertas del conocimiento

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Los jóvenes haitianos Jean Alfred Cherefant y Jean Elie Philogene muestran un entusiasmo inusitado cuando hablan de la experiencia y los conocimientos adquiridos en las jornadas de entrenamiento que reciben, junto a técnicos dominicanos, en el Jardín Botánico Nacional, área protegida y pulmón purificador del contaminado ambiente de la ciudad de Santo Domingo.

En el Botánico, una prestigiosa institución de carácter científico, educativo y recreativo, los tocayos Jean comparten el exquisito placer de la contemplación y estudio de las especies nativas y endémicas de la flora de la isla que comparten Haití y la República Dominicana.

De modo que, en pocos meses de entrenamiento en este santuario en que conviven en franca armonía plantas, animales y seres humanos, los jóvenes haitianos han conocido la importancia de reforestar y de reproducir y conservar más de 500 especies amenazadas de nuestra flora, algunas de ellas en la categoría de “peligro crítico”.

Actualmente en el vivero se trabaja en la reproducción de 53 especies, 42 de ellas nativas y endémicas.

Las semillas de estas especies son colectadas en distintos puntos del país por personal del Botánico y por lugareños que colaboraron con la causa. La institución tiene la colección de muestras de plantas más grande del área, estimada en más de 125,000 especies.

Muchos árboles  y plantas que se reproducen en el vivero del Botánico constituyen una novedad para los pasantes.

Algunas de ellas han desaparecido del territorio haitiano, entre las que figuran La Ceiba, Baitoa,  Cigua, Amacey, Samán,  Palo de Burro,  Palo Amargo, Anacahuita, Almácigo, Corazón de Paloma, Cabirma de Guinea,  Guaraguao, Palo de Viento, Cedro y Roble.

En poco tiempo, Jean Alfred y Jean Crerefant, igual que muchos de sus compatriotas, han aprendido en el Jardín Botánico dónde sembrar las plantas, en lugares ecológicamente adecuados y apropiados. El acceso a los laboratorios afianza sus conocimientos.

El objetivo de este programa de entrenamiento y aprendizaje de jóvenes estudiantes haitianos tiene doble propósito: Adquirir conciencia sobre la importancia de conservar los recursos naturales de ambos países, y la construcción de un jardín botánico en Haití, con la asesoría de técnicos  dominicanos.

Ricardo García, director de Jardín Botánico, asegura que es un proyecto interesante y viable. La institución tiene un acuerdo con un organismo haitiano para desarrollar en el futuro un jardín botánico en Puerto Príncipe, capital haitiana.

 Uno de los objetivos del Jardín Botánico Nacional “Doctor Rafael M. Moscoso”, con una superficie de dos millones de metros cuadrados,  es la conservación de la flora dominicana.

“El mensaje que tiene este programa es que esos estudiantes haitianos son un contacto para futuros trabajos en Haití. Eso nos permite desarrollar una colaboración más cómoda, más fluida, más efectiva, para los trabajos de conservación en el hermano país”.

La Ceiba

Es un árbol emblemático de nuestra flora y venerado en muchos países. Es una voz indígena utilizada por los habitantes de la República Dominicana para designar a uno de los árboles más corpulentos de la flora de la Isla Española, la Ceiba pentandra (L.) Gaertn. Pertenece a la familia botánica Bombacaceae, la misma del árbol de lana, la carolina y el juan colorado.

Es oriunda de los trópicos americanos desde el sur de México, pasando por Centroamérica, las Antillas hasta el Perú y Brasil. Fue introducida a los trópicos de Asia, Indonesia y África en el viejo mundo, razón por la que algunos la consideran pantropical.

En República Dominicana existían grandes Ceibas, especialmente en zonas cercanas al Parque Nacional de Los Haitises y en bateyes donde operaba el desaparecido Consejo Estatal del Azúcar (CEA).

La especie fue llevada al borde de la extinción.  Algunos  pescadores la utilizan para fabricar rústicas canoas o cayucos. 

El director del Botánico dice  “hemos rehabilitado el vivero para apoyar el Plan Nacional Quisqueya Verde. Esperamos entregar este año alrededor de 750,000 plantas nativas y endémicas para el programa.

Nuestro vivero tiene capacidad de producción de alrededor de un millón de plantas anual.

Adicionalmente, estamos produciendo plantas para el Ayuntamiento del Distrito Nacional y esperamos entregar unas 40,000 en lo que resta. Otros ayuntamientos del país también vienen a buscar distintas especies para sus programas de reforestación y arborización urbana.

El objetivo es la recuperación integral de los ecosistemas para proporcionarle a las ciudades alimento y refugio para las aves.

Estamos realizando una importante labor con miles de estudiantes de universidades y escuelas públicas y colegios privados que vienen a visitar el Jardín.

Nosotros aprovechamos para que ellos conozcan plantas que nunca han visto, que son propias de nuestra flora y que requieren de una actitud consciente de los dominicanos para evitar su desaparición.

Cuando estos estudiantes salen del Jardín, van con una motivación de proteger este recurso, que es propio de los dominicanos.

Nosotros también impartimos talleres a profesores y parte de esos talleres incluyen la visita al vivero para que conozcan el trabajo que estamos realizando”.

Zoom

Reproducción

– Caya amarilla

– Ceiba

– Guarano

– Guayacán

– Icaco

– Juan primero

– Olivo

– Algarrobo

– Anacahuita

– Roble

– Roble blanco

– Samán

– Uva de playa

– Uva de sierra

– Samán chiquito

– Caoba

– Mara

– Caracolí

– Aceituno

– Caimito

– Palo de burro

– Almacigo

– Corazón de paloma

– Cedro

– Cabirma de guinea

– Penda

– Guayacancillo

– Cabirma santa

– Cigua

– Jagua

– Amacey

– Guasara

– Pino criollo

– Cola o coi

– Palo de viento

– Yagrumo

– Mangle negro

– Miracielo

– Palma real

– Jabilla criolla

– Mango yamaguí

– Guaraguao

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