Entrevista
“El arma principal de un abogado es la palabra, porque le da poder”

<STRONG>Entrevista </STRONG><BR>“El arma principal de un abogado es la palabra, porque le da poder”

Más de 30 años de ejercicio del Derecho le permiten establecer que la palabra es la herramienta fundamental del abogado,  que la ética  es la columna vertebral del ejercicio profesional, y que la razón y la fe, aunque parezca contradictorio, son plataformas del pensamiento crítico.

Políticamente cree que nada puede estar por encima de la democracia ni del respeto a los derechos humanos.

Sus ideas sobre la justicia no son absolutas, partiendo de que el ser humano -cuando comete algún delito- muchas veces es presa de sus propias circunstancias, “de manera que todos los crímenes  no tienen los mismos atenuantes”.

Por eso considera que el juez o el abogado no deben ver la ley sólo como un instrumento técnico y frío, porque eventualmente hay que abrirle el camino a la  misericordia.

Esas y otras reflexiones están contenidas en el libro “Palabra y Poder: Abogados”, cuyo autor es el doctor Julio César Castaños Guzmán, presidente de la Junta Central Electoral (JCE) y especialista en derecho penal y constitucional.

Explicó que esa obra -escrita en un lenguaje sencillo- está pensada para los estudiantes de Derecho y los jóvenes abogados.

La dimensión del poder. El autor reivindica en todas las dimensiones la influencia del Derecho en la vida cotidiana, desde los actos más simples hasta situaciones tan complejas como la defensa de los derechos humanos y el poder político.

“El abogado va a tener dominio de su ejercicio profesional y de su función social si domina la palabra, el idioma y la ciencia jurídica como tal, donde están los criterios de interpretación de la ley y las destrezas para argumentar.

“Yo pienso que está muy cerca el abogado de las funciones públicas por la naturaleza de su trabajo, y por aparentemente sencillo que sea  su desempeño necesariamente va a tener poder social, aunque no tenga el político”.

“De hecho, el arma principal de un abogado es la palabra, porque le da poder”, afirmó el jurista.

En las luchas  sociales por los derechos,  el abogado es importante, explica al citar figuras emblemáticas como  Abraham Lincoln y Mahatma Gandhi.

De estos dice que son los pioneros de un concepto moderno denominado resolución alternativa de conflictos.

La ética.  Las ideas plasmadas en este libro, que será puesto en circulación el 3 de febrero, incluyen el valor de la ética en el ejercicio del Derecho.

“En este libro tengo el testimonio de Tomás Moro, quien perdió la vida por no  complacer los deseos del rey Enrique VIII,  quien  quería una consulta complaciente en torno a su matrimonio con Ana Bolena. Sin embargo, Moro  entendía que el primer matrimonio no había desaparecido.

A  su juicio, este humanista  inglés es el patrono de la ética de los abogados.

En un plano más local explica que en la República Dominicana de hoy hay muchos abogados apegados a la ética y, como en todas las áreas, otros se alejan de ella.

¿Y los narcos libres?  Aunque el narcotráfico no se cita en la referida obra, la ocasión fue oportuna para preguntarle a qué atribuye que, en el país, ciertos narcotraficantes salen de prisión con asombrosa facilidad.

Advirtiendo de antemano que todos los acusados tienen derecho a la defensa, destacó igualmente que una acusación sin pruebas no vale nada en la justicia.

Cuando no se tiene un sistema judicial que esté preparado para el manejo de la prueba, que es lo ocurre aquí con el Código Procesal Penal, los casos se caen.

“De manera que gran parte de los problemas que tiene actualmente la implementación del Código es que ni la Policía ni el Ministerio Público estaban preparados, a nivel científico, para un cambio cualitativo de un sistema inquisitorio, como el que teníamos, a un sistema acusatorio como el que está vigente en el país desde el año 2005.

El protagonista

Julio César Castaños

Presidente  junta central electoral

Nació en  Santo Domingo el 8 de abril de 1955. El  16 de jtunio de 1978 contrajo  matrimonio con Velkys Zouain Hidalgo, con quien procreó a  Claudia María, Julio César, Julio Simón y Julio Alfredo.

En 1977 se graduó de licenciado en Derecho en la  Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).

En 1987 hizo una maestría en  Ciencias Políticas en la  Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y en 1998 realizó un post grado en Derecho Penal en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

 Es catedrático, desde  1983, en la  Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y Universidad Iberoamericana (UNIBE), donde imparte  las asignaturas de Introducción al Estudio del Derecho Penal, Derecho Penal I y II, Introducción a la Magistratura, Teoría General de las Obligaciones I y II, entre otras.

El abogado, la literatura y el crimen

Crimen y literatura es uno de los títulos de la obra jurídica. ¿Por qué? Porque la literatura recoge, reseña, las veleidades del alma, retrata las bajas pasiones, en fin, el ser humano y sus múltiples miserias.

Esa realidad, esos escenarios, los debe conocer el abogado para entender la naturaleza del delito, aunque no siempre es posible conseguir una sentencia beneficiosa para el acusado, explica Castaños Guzmán.

Alegando que todo prevenido debe ser defendido, explica una defensa se plantea  articulando la relación de los hechos, contemplando la ley y examinando las circunstancias y, un asunto que no se puede perder de vista en el caso del Derecho Penal, es el elemento moral de la infracción.

“No todas las faltas son iguales; hay faltas graves, otras que son gravísimas y otras leves, involuntarias. Pero en la parte psicológica están las circunstancias atenuantes, el estado de necesidad borra completamente la infracción y una legítima defensa borra la acusación penal porque los hechos están justificados por esa circunstancia”.

En el capítulo que dedica al abogado en ejercicio, plantea que este profesional es también un investigador, y se convertirá en un filósofo aunque no lo quiera.

“Es un tribuno que postula a favor de sus representados, pero lo hace desde la trascendencia de encontrar la justicia”.

En ese contexto hace una crítica al Código Procesal Penal vigente en el país, porque le da al profesional del Derecho el calificativo de “Defensor Técnico”.

Ese término  lo reduce al positivismo de una defensa basada en la técnica jurídica, dejando de lado su verdadera trascendencia.

“La toga no es un mandil o delantal, pues el túnico que reviste al abogado en la sala de audiencias de un tribunal en el fondo lo inviste con un ministerio. La toga siempre cubre  una dignidad, ya que en todo abogado hay un maestro”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas